«Nos llama la atención que no haya mayores indicios, no se detectaron señales como bengalas, hay mucha incertidumbre en cuanto a indicios que nos podrían ayudar a localizarlo», expresó el portavoz de la Armada, Enrique Balbi.
Las últimas señales del buque, que había partido el lunes del austral puerto de Ushuaia y se dirigía de regreso a su base, en la localidad de Mar del Plata, al sur de la provincia de Buenos Aires, se recibieron la madrugada del pasado miércoles.
Pasado un tiempo prudencial sin tener comunicación se puso en marcha el protocolo de búsqueda la madrugada del jueves.
Cuando se cumplen cinco días de rastreo, Balbi señaló que este tipo de naves tienen «90 días» para operar fuera de su base sin «asistencia externa en condiciones normales de navegación».
Esto implicaría salir a la superficie una vez cada uno o dos días para «tomar oxígeno y recambiar el aire del interior», explicó a la emisora Radio Mitre.
«Si va a superficie y puede cargar la batería tiene provisiones tanto de agua como de alimentos deshidratados», indicó, pero matizó que en situación de inmersión dispondría de unos siete días, según estudios efectuados en otros países.
Por ello, el representante de la Marina sostuvo que hay que ser «muy cautos» al desconocer «el escenario» en el que se encuentra el submarino.
El portavoz dijo también que el operativo desplegado es el «de mayor magnitud de los últimos 30 años» y que no se tienen novedades.
«No hemos tenido novedades, si bien aún no tuvimos la reunión previa antes de las diez de la mañana» en la que se recibirán informes de la base naval Puerto Belgrano, donde está el centro coordinador de búsqueda de recate, dijo.
Los siete intentos de comunicación anunciados durante la noche del sábado por el Ministerio de Defensa argentino no fueron confirmados como procedentes del ARA San Juan, ya que «no se podían georeferenciar», explicó Balbi, quien agregó que para hoy se espera «un informe más preciso y oficial».
Los operativos, a cargo de la Armada Argentina, cuentan con una aeronave de exploración antisubmarina y numerosos buques de la Armada con helicópteros embarcados y con la colaboración internacional de Chile, Brasil, Estados Unidos, Reino Unido, Colombia, Uruguay y Perú.
El portavoz reconoció que «los primeros días fueron más que nada de escucha radioeléctrica» y desde que se pasó a la fase de rescate «se realizó un despliegue de gran magnitud», al tiempo que insistió en las «pésimas» condiciones climatológicas, que dificultan la búsqueda.
Los operativos de rastreo y rescate se producen en las costas sureñas del país sudamericano, donde se sigue el recorrido que el buque tendría que haber realizado hasta llegar a la base naval de Mar del Plata, donde cerca de 30 familias de los tripulantes esperan desde el pasado viernes.
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