Los hechos ocurrieron en la localidad de Sirawai, en la isla de Mindanao -a unos 900 kilómetros al sur de Manila-, la noche del miércoles, cuando un hombre de 23 años halló un artefacto explosivo en un río cercano a su lugar de trabajo, reporta el diario Inquirer.
Creyendo que se trataba de una bomba inactiva, el joven, Marcelo Antogan, llevó el artefacto al barracón donde se encontraban compañeros de trabajo de una plantación de aceite de palma y algunos de sus hijos, según relataron testigos al diario.
A pesar de que uno de ellos le advirtió de la peligrosidad del objeto, Antogan trató de abrirlo golpeándolo en varias ocasiones con un martillo y clavos rodeado de las personas que se encontraban en el barracón.
«Mi tío Paul les dijo que no lo tocaran porque podría explotar, pero Antogan ignoró la advertencia y comenzó a golpear el explosivo. Para entonces, los hijos de Paul se habían reunido en torno a Antogan, curiosos por su descubrimiento», declaró un testigo que perdió a varios familiares en el accidente.
La explosión causó la muerte instantánea de siete personas, entre ellas tres jóvenes de 6, 8 y 16 años, mientras un octavo falleció en el hospital y siete sufrieron heridas de diversa consideración.
Las autoridades locales descartaron la hipótesis de que fuera una bomba de los diversos grupos insurgentes que operan en Mindanao tras indicar que el artefacto explosivo era similar al usado para la voladura de rocas.
4 comentarios
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S’ha de ser una mica curts.
El cementerio está lleno de valientes. En todas partes existe el típico chulito valiente que ignora el peligro como quienes conducen de forma temeraria, lo malo es que por culpa de ellos muera otra gente inocente y no se maten ellos solitos.
Darwin.
Veig que de bosots n'hi ha per tot el mon.