Dos guardias civiles, uno de ellos armado con un fusil, buscan a los fugitivos de Porreres, el sábado a mediodía. | Pilar Pellicer

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Hace unas semanas, la misma banda de delincuentes asaltó la casa del matrimonio de Porreres y al parecer sustrajo 30.000 euros en efectivo. Les advirtieron al hombre y a la mujer de que no denunciaran nada porque en ese caso los matarían y ayer regresaron a por más efectivo.

El jubilado, de 77 años, que trabajó muchos años en un banco, tiene o había tenido máquinas tragaperras en distintos establecimientos de Mallorca. Entre ellos, en la Colònia de Sant Jordi. Y el colombiano fallecido, que tenía unos 26 años, residía en ese núcleo turístico, por lo que ahora se está investigando si el sudamericano conoció a Pau R. allí. Semanas atrás, según los datos trascendidos, la banda asaltó el lujoso chalet del Camí de s’Olivar y dejaron atado al varón, antes de irse. Durante el robo también le golpearon.

No denunció

Todo apunta, sin embargo, a que el jubilado no denunció lo ocurrido porque le amenazaron con volver y matarles si lo hacía. Ayer, por la mañana regresaron a por más dinero y fue entonces cuando el asalto acabó en tragedia.

El sábado todas las unidades disponibles se sumaron a la caza de los tres delincuentes que escaparon de la finca de Porreres después de que su compañero fuera tiroteado por el dueño. La búsqueda continúa y, de momento, no se ha conseguido detener a los fugitivos. Incluso el número de delincuentes huidos no está claro. Se sabe a ciencia cierta que en la casa entraron dos: el herido de bala que luego murió y su compañero, y en el exterior esperaban entre uno y dos, agazapados vigilando que no llegara nadie durante el atraco.

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Un vecino declaró por la tarde que había visto a «dos o tres hombres» en un bosque cercano, por lo que todo el operativo se centró en ese paraje. Los guardias civiles, fuertemente armados, establecieron un perímetro de seguridad y fueron peinando el pinar, hasta que finalmente se comprobó que se trataba de una falsa alarma.

Vecinos

Todo este despliegue no pasó desapercibido para los vecinos de Porreres, que se mostraron muy inquietos por lo que había pasado: «Tenemos miedo porque estas cosas asustan. Hay guardias civiles armados por todas partes. Y nos dicen que hay algunos delincuentes sueltos, que pueden estar escondidos en cualquier finca de por aquí», explicó Joan.

La búsqueda de los prófugos continúa a la espera de una primera detención tras la identificación de uno de los asaltantes.

El jubilado será imputado por un delito de homicidio por imprudencia

El jubilado de Porreres que disparó al ladrón será imputado por un delito de homicidio por imprudencia, según informaron fuentes judiciales. Cuando fue atendido en la finca no fue detenido, ni tampoco durante su traslado al hospital. No obstante, las mismas fuentes indicaron que su imputación «se puede dar por segura», a pesar de que según todos los indicios el anciano disparó a su agresor en legítima defensa.