Algunos miembros de la empresa Desokupa. | FACEBOOK

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La peor pesadilla de los okupas ya ha desembarcado en Mallorca. Las últimas personas a las que cualquier ?invasor? de casa ajena querría ver al abrir la puerta. Es la empresa Desokupa. El jefe, Daniel Esteve, exboxeador profesional, llevaba 11 «desokupaciones» y 189 llamadas este miércoles. «Y así todos los días de mi vida», dice poco después de descolgar el teléfono.

En la Isla ha devuelto un chalet y dos apartamentos a sus legítimos propietarios. Un comando de boxeadores, luchadores, jugadores de rugby, abogados y mujeres negociadoras forman la empresa. Esteve estudia abrir una oficina en la Isla después de verano. «En Mallorca hay mucha demanda de alemanes e ingleses que ven okupadas sus segundas residencias. Llegan aquí, ven su residencia usurpada, alucinan y vuelven a su país», comenta. «Busco un colaborador allí. Me anunciaré en periódicos y vallas publicitarias».

«Sois el Equipo A», les dicen en Facebook, donde tienen un ejército de fieles. Han sido cuestionados por algunas actuaciones. «No somos polémicos. Hemos tenido nueve denuncias y todas se han archivado. Nunca nos saltamos la ley, nunca sacaremos a familias que okupan por necesidad. Me recomienda toda la policía de España. Lo hacemos bien», aclara el responsable de la empresa.

La primera actuación en Mallorca se produjo en octubre de 2017. La segunda fue el mismo mes y la tercera a principios de este año. «Fue un chalet de unos ingleses», indica Esteve. «Llevo más de 1.000 operativos», añade. «Luchamos contra la mafia de la okupación». Un hotel de 252 habitaciones usurpado en Lloret de Mar ha sido una de sus últimas hazañas.

La empresa se deshace de los okupas en menos de 24 horas. Rápido. Fácil. Sencillo. Los trabajadores de Desokupa acuden al domicilio, negocian y expulsan a los okupas. «Yo no desalojo. Controlo el acceso a las viviendas. No entro y saco a los okupas. Cuando ellos salen, les prohíbo la entrada». Sin violencia. No aceptan ningún encargo hasta que confirman que el cliente es el propietario de la vivienda usurpada. «Tenemos un 93 % de éxito», zanja.