El hombre admitió también una multa de 120 euros, además de una indemnización de 906 euros al centro penitenciario por los destrozos ocasionados y de 1.100 para el trabajador perjudicado.
El procesado se encontraba en el módulo de aislamiento sobre las seis y media de la tarde del 6 de septiembre del año pasado. Adoptó una actitud de rebeldía y se enfrentó a los funcionarios que estaban de servicio.
El interno les profirió frases ofensivas e intimidantes y les exigió que le levantaran una medida que le habían puesto. El preso, en el interior de su celda, rompió el interfono a golpes, destrozó el aparato de luz, rompió el cristal protector de la bombilla en varios trozos y prendió fuego a una esquina del colchón. La celda se llenó enseguida de humo. Los funcionarios consiguieron sofocar el humo con extintores y agua. El acusado, que seguía con la misma actitud agresiva, lanzó trozos del cristal de la bombilla a los empleados de la cárcel y alcanzó a uno de ellos.
El herido resbaló con el agua que había en el suelo y se golpeó contra la pared. A consecuencia de la caída, sufrió una herida en un dedo de la mano derecha y una contusión en la cadera. Las lesiones del funcionario tardaron un mes en curarse.
4 comentarios
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Sí es que en las cárceles españolas se lo pasan pipa.
Esa inserción. Ole, y ole.
Condenado a la cárcel, de la cárcel, de la cárcel....
Y la versión de verdad, no la peliculera?