Según ha informado la policía catalana, la detenida, que ha quedado en libertad con cargos, está acusada de expoliar durante casi un año los ahorros de toda la vida de la pareja, de 93 y 88 años, que la contrató por 500 euros al mes para que les ayudara en las labores domésticas, como la limpieza y la compra diaria.
Los ancianos contrataron a principios de 2017 a la mujer, de 45 años, que se había instalado con su familia cerca del domicilio de los ancianos, para ganarse su confianza.
La cuidadora aprovechó que en los últimos meses las capacidades cognitivas de la pareja iban disminuyendo y que se acentuó su pérdida de memoria para que la autorizaran a hacer reintegros bancarios, con lo que les pudo sustraer 30.000 euros de sus cuentas.
Además, también se apoderó de unos 50.000 euros en efectivo que la pareja de nonagenarios guardaba en cajas en su casa.
Cuando los ancianos se percataron de que las cajas en las que escondían parte de sus ahorros en su casa habían desaparecido, alertaron a una sobrina para explicarle la situación, conscientes de su pérdida de memoria.
La sobrina alertó a los Mossos d'Esquadra, que iniciaron una investigación que permitió constatar que el capital de la pareja de ancianos había disminuido de forma considerable desde que habían contratado a la cuidadora.
Además de quedarse sus ahorros, la mujer también logró ponerse como beneficiaria del testamento del matrimonio, en un acto ante notario en el que entregó unos informes médicos en el que no se especificaban las disminuciones cognitivas que sufría la pareja.
Los Mossos d'Esquadra registraron el domicilio de la detenida, donde recuperaron 4.000 euros y documentación bancaria de las víctimas y obtuvieron información sobre cómo la mujer envió dinero a Venezuela, su país de origen.
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