El juicio se celebró a principios de julio en la Audiencia Nacional (Madrid). | Redacción Digital

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Una frase de la menor en su diario fue reveladora. «Me olvidaba de una persona, ese hijo de puta, que abusó de mí cuando era pequeña. Lo maldigo con todas mis fuerzas y que sepa que lo odio». La madre de la víctima encontró el cuaderno cuando limpiaba su habitación y decidió leerlo por curiosidad. Era el año 2010. Madre e hija hablaron y la adolescente le contó que un familiar abusó de ella durante las vacaciones de Semana Santa, en 2006, en Argelia. La progenitora denunció.

El juicio tuvo lugar a principios de julio. Ahora, la Audiencia Nacional ha condenado al acusado a tres años de cárcel por abusos sexuales a dos menores mallorquinas. El hombre indemnizará a la hija de la prima de su mujer con 15.000 euros y a una amiga de la menor con 6.000. El tribunal ha tenido en cuenta el enorme retraso que ha sufrido el proceso judicial. La Sala de lo Penal declara probado que el acusado, que reside en Pollença, invitó a la prima de su mujer, a su marido y a sus hijos a su domicilio en Argelia.

También fueron varios amigos de la pareja del sospechoso con sus hijos, entre los que había varios menores. Una noche, entre el 9 y el 16 de abril, el hombre, argelino de 59 años, aprovechó la confianza con los sobrinos de su mujer y los amigos de estos para llevárselos a la terraza del edificio sin la presencia de ningún adulto.

La excusa era darles un masaje y ver las estrellas. Pidió a los chicos que se tumbaran en el suelo formando un círculo y tras masajear a los más pequeños tocó la zona genital de la hija de su prima. La víctima, que entonces tenía 11 años, ya sufrió abusos del acusado en Mallorca.

Poco después, recogen los jueces en la sentencia, el hombre acarició la espalda de otra adolescente de 14 años, le manoseó los pechos y le tocó los genitales. La chica se sintió incómoda y pidió marcharse.

La niña de 11 años sufrió «angustia, temor, ansiedad, vergüenza y sentimientos de culpa» a raíz de estos episodios. Necesitó acudir a numerosas sesiones de psicoterapia durante varios años.