Agentes de la Policía Nacional cuentan cómo fueron los primeros instantes del incendio en Cas Capiscol hasta la llegada de los bomberos. | Julio Bastida

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Eran las diez de la mañana del 31 de diciembre cuando se produjo la llamada que alertaba de un incendio en un edificio de la calle Santa Catalina Labouré, en Cas Capiscol. En ese momento, varios agentes de la Policía Nacional se encontraban circulando cerca de la zona. Fueron los primeros en acceder al lugar del suceso, el «más grave» al que han asistido en sus años de servicio. Aseguran que se vivieron momentos críticos, especialmente «cuando se registró una explosión. Hubo mucha tensión, se vivieron momentos de pánico, la gente corría,...», cuentan.

Los agentes comparten cómo fue el espectacular incendio, que se saldó con 13 personas heridas. Al llegar, cuentan, vieron que salía mucho humo del segundo piso. «La gente de los pisos superiores estaba asomada a las ventanas porque no podían salir y pedían auxilio».

Los policías accedieron al interior del edificio. Allí localizaron a una persona que se encontraba «muy aturdida». Era un hombre, vivía en la vivienda en la que se originó el fuego. Nervioso, el hombre, les dijo que su mujer se encontraba dentro del piso y les pidió que entraran a buscarla.

En esos primeros instantes, los agentes trabajaron en poner a salvo a todos los vecinos. «Lo que hicimos fue acceder al primer piso y desalojar toda la planta. En ese momento, llegó también la Policía Local. «Era imposible acceder al segundo piso por la cantidad de humo que había. Intentamos cerrar la puerta para cortar la corriente de aire, pero era imposible. Había que esperar hasta la llegada de los bomberos».

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Nerviosismo en la calle

En el exterior de la finca, había mucha gente. «Las personas que se encontraban en la calle estaban muy nerviosas. Nos decían que tenían familiares dentro del edificio, también animales». «La gente pedía escaleras, un vecino del tercero tiraba agua con una garrafa a la señora del piso afectado».

Los agentes recuerdan que se vivió mucha tensión hasta la llegada de los bomberos, que decidieron desalojar a los vecinos por la fachada. «El jefe de bomberos manifestó que era imposible hacerlo desde el interior».

Mientras los bomberos trabajan en la extinción, estos policías acordaron la zona para proteger a la gente que se encontraba en la calle y facilitar también el acceso de los servicios de emergencias y ambulancias.

Sin duda, manifiestan que este es el incendio más duro al que se han enfrentado y recuerdan que el momento más crítico se produjo con la explosión. «Nosotros cuando llegamos acordonamos la zona, decíamos a la gente que se mantuvieran alejados porque desconocíamos lo que podía haber en cada vivienda, si había bombonas de butano o materiales que se puedan inflamar con rapidez. En el momento de la explosión hubo bastante pánico. Es una suerte que no haya habido ningún fallecido».