El acusado, en el juicio celebrado en Palma. | Guillermo Esteban

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Un preso que atacó a nueve trabajadores de la cárcel de Palma con una lata de refresco rota en 2017 ha sido condenado a dos años y medio de prisión. El acusado se declaró este jueves culpable de un delito de atentado y tres de lesiones. También aceptó una multa de 450 euros por cuatro lesiones leves y maltrato. Deberá indemnizar a los funcionarios con 17.450 euros por las heridas ocasionadas y las secuelas.

El interno, de origen marroquí, se encontraba en el módulo de aislamiento sobre las ocho y media de la noche del 30 de agosto. Comenzó a golpear la puerta de la celda de forma insistente diciendo que quería el primer grado. El jefe de servicio acudió a intentar calmarle pero el recluso, de gran tamaño, no se tranquilizó.

El funcionario, junto a otros trabajadores, abrió la celda y el preso se abalanzó sobre él esgrimiendo en cada mano un trozo de lata rota como si fueran cuchillas. El responsable de servicio sufrió siete cortes en el antebrazo y múltiples heridas en el rostro.

Agresivo

Los otros funcionarios también intentaron reducirlo, pero el acusado se mostró muy agresivo y les propinó numerosos golpes y patadas. Durante el traslado a la celda de contención causó lesiones a ocho trabajadores. Tuvieron contusiones, esguinces, torceduras y cortes al protegerse del ataque con la lata de refresco rota. Algunos estuvieron más de dos meses de baja laboral a consecuencia de la agresión.