Ahora será el Juzgado de Familia el que realizará el seguimiento de la situación del hombre, de 80 años, quien ha sido trasladado al hospital en una ambulancia del 061 desde los juzgados en medio de una gran expectación mediática.
El anciano fue detenido este jueves merced a una requisitoria judicial para responder por destrozos a una docena de vehículos.
Una causa que debería haberse juzgado el pasado diciembre pero en la que no compareció, y sobre la cual se le iba a comunicar en esta jornada que la vista sería la semana próxima.
Todo está a expensas ahora de la valoración que ha solicitado la Fiscalía por la vía civil.
El objetivo, ha informado el Ministerio Público, es el de llevar a cabo un diagnóstico completo del estado de este varón y, en particular, de su salud psíquica, puesto que la Policía le atribuye más de un millar de incidentes como los referidos, por encima de un centenar en lo que va de año.
El ministerio público también solicita que por parte de los servicios sociales se valore la posible situación de vulnerabilidad de J.A.V.V. y su capacidad para vivir solo y atender sus necesidades.
Este anciano ya fue sometido con anterioridad a una evaluación forense en la que se descartó que tenga patología mental alguna que aconseje su internamiento.
Vecinos de las zonas del Calvario y A Doblada vienen denunciando desde hace tiempo, y con mayor intensidad en las últimas semanas, las andanzas de este hombre, al que la Policía relaciona con más de un millar de incidentes. Y es que además de rayar los coches y sabotear las cerraduras, tanto de vehículos como de portales de edificios de la zona, también ha protagonizado episodios violentos cuando lo han sorprendido en plena faena.
Son varias las denuncias que acumula por propinar supuestamente golpes a quienes reprenden su actitud con lo que lleve en ese momento en la mano, ya sea un bastón o un paraguas.
Los vecinos del Calvario y A Doblada llegaron a colocar carteles de «se busca» con la imagen de J.A.A.V., del que también se han hecho parodias que han circulado por las redes sociales.
Hartazgo e impotencia son las expresiones más recurrentes de quienes vienen padeciendo los sabotajes de este anciano que este viernes en los juzgados ha permanecido en silencio cuando una nube de periodistas lo rodeaban en el momento en el que entraba en la ambulancia que lo conduciría hasta el hospital.
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