El depósito de Son Toells está lleno y no caben más coches. | M. À. Cañellas

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Las calles de Palma están llenas de coches abandonados, pero la Policía Local no puede retirarlos porque el depósito municipal de Son Toells está lleno. Como medida extraordinaria y para ir saliendo del paso, a los agentes no les queda más remedio que utilizar algunas plazas de los aparcamientos subterráneos de sa Riera o calle Manacor ante los casos más evidentes.

La capacidad máxima de vehículos que puede acoger el depósito de Son Toells está al límite y desde la propia Jefatura de Seguretat Ciutadana se confirma que se encuentran ante un situación «límite y muy preocupante». Del mismo modo, las mismas fuentes han confirmado que la nueva contrata de grúa incluye la gestión del depósito y el correspondiente tratado de residuos.

«Está previsto que en los próximos meses cerca de 170 vehículos serán destruidos dejando esas plazas para nuevas entradas», apuntan fuentes municipales consultadas por este periódico. Ante la evidente falta de espacio en Son Toells, los agentes de la Policía Local de Palma han ralentizado drásticamente la retirada de vehículos. Policías de barrio han confirmado que tienen detectados un gran número de coches susceptibles de ser retirados pero que están a la espera. Esta situación complica aún más la falta de aparcamientos de la capital balear, especialmente en barriadas como La Soledat, Son Gotleu, Es Rafal o Camp Redó, donde la situación de la falta de parking es alarmante y una gran desesperación entre los vecinos.

En mayo de 2018, la Policía Local montó controles policiales de vehículos de forma simultánea en diferentes puntos estratégicos de la barriada de Son Gotleu. Los agentes controlaron en menos de cuatro días un total de 896 vehículos en un dispositivo sin precedentes de esta categoría. Se retiraron 43 coches y se denunciaron a otros 90 turismos. El pasado viernes se montó un dispositivo en La Soledat y Son Gotleu donde se retiraron cuatro coches y se sancionó a una decena.

Los funcionarios policiales lo tienen muy claro: «No tenemos sitio donde meter los coches abandonados y, por consiguiente, sólo retiramos los que son muy descarados. Así no se puede trabajar», concluyen.