La acusación pública sostiene que la muerte de la pequeña se podría haber evitado «con una mínima atención y cuidado que cualquier persona hubiera adoptado».
El abogado del hombre, Miguel Ángel Ordinas, pidió a la jueza de Instrucción 1 de Manacor que archive el caso. «Lo que pasó fue un descuido, un olvido... una desgracia. El investigado, abuelo paterno de la bebé fallecida, tendrá que vivir con ello durante el resto de su vida. Esa será su condena permanente. La peor condena posible».
La representante del ministerio público indica que el hombre olvidó que llevaba a su nieta en la parte trasera del coche, donde él mismo la había colocado. Ni siquiera se percató de su presencia cuando aparcó y salió del vehículo para dirigirse al interior de un bar, lo que implica «una desatención grave, un olvido elemental más allá de un posible despiste». La fiscal añade que calificar el hecho de accidente, como lo hace el letrado defensor, «no es admisible».
El abuelo olvidó a su nieta en el interior del turismo la mañana del 10 de agosto. Tenía que haberla dejado en la guardería. El hombre dijo que se olvidó y que tras tomar un café se marchó al centro. Regresó al cabo de ocho horas y encontró a la bebé sin vida.