Numerosos viandantes presenciaron el atropello en Vía Roma (Palma). | J. V.

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1.800 euros. Es la multa que aceptó un joven por atropellar a otro tras conducir drogado por Vía Roma (Palma) en febrero de 2017. El acusado, en el juicio celebrado ayer, admitió también la retirada del carné de conducir durante dos años. El procesado, español de 25 años, se declaró culpable de un delito de conducción bajo la influencia de sustancias estupefacientes y otro de lesiones imprudentes.

El accidente se produjo sobre las dos menos cinco del mediodía del viernes 24 de febrero. El acusado conducía un Renault Laguna de color granate y realizó un acelerón brusco. No respetó el semáforo que le obligaba a ceder el paso a los ciclistas que circulaban en dirección a la calle Santiago Russinyol.

La víctima iba a bordo de un monopatín cuando el acusado lo arrolló. Salió despedido a una distancia de 20 metros a consecuencia del fuerte impacto. Sufrió un traumatismo craneoencefálico, contusión cerebral, heridas en el rostro, en la muñeca derecha y en el hombro izquierdo. El perjudicado estuvo cuatro días ingresado en la clínica Rotger tras el accidente. Llevó collarín, una férula en la muñeca y acudió a rehabilitación desde el seis de marzo hasta el 12 de mayo. Las lesiones que sufrió tardaron casi dos meses en curarse. El joven ha renunciado a las acciones civiles que le pudieran corresponder después de que una compañía aseguradora le haya indemnizado.

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El acusado fue detenido después de que la Policía Local encontrara papelinas en el coche. En el hospital Son Espases le practicaron la prueba de detección de drogas y dio positivo en cannabis y en cocaína. Otro de los ocupantes que viajaba en el turismo también fue arrestado por tenencia de sustancias estupefacientes.

Algunos testigos explicaron a los agentes que el conductor que atropelló al joven en monopatín no se detuvo inmediatamente. Siguió su trayecto y se paró cuando numerosos peatones le gritaron y le hicieron gestos.

El Ministerio Público solicitaba en un principio una condena de dos años de cárcel y la retirada del carné de conducir por tiempo de seis años. El abogado defensor del acusado, Pep Perelló, llegó a un acuerdo con la fiscal y rebajó la petición de pena a una multa de 1.800 euros.