Uno de los detenidos por el asesinato del concejal de IU en Llanes (Asturias) Javier Ardines. | Efe

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Continúa la investigación del asesinato del concejal de Izquierda Unida en Llanes (Asturias), Javier Ardines. Según la investigación, la intensa vida sentimental de la víctima tuvo que ver con su muerte y, más en concreto, los celos en un triángulo sentimental.

La obsesión por una posible relación entre su mujer y su amigo Javier Ardines llevaron presuntamente a Pedro N.A., empujado por los celos, a idear la muerte del concejal en un asesinato planificado y ensayado minuciosamente que fue ejecutado el pasado 16 de agosto.

Según informativos Telecinco, el detenido tiene fama de «malcarado, protagonista de enfrentamiento violentos con sus vecinos y de ser extremadamente celoso y posesivo». El medio explica que la relación de amistad se tornó en venganza cuando Pedro confirmó que su mujer y Javier mantenían una relación pese a que Katia era prima de la mujer de Javier. «Desde entonces planeó una venganza que pasó de susto a asesinato».

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La Guardia Civil le ha detenido la madrugada de este martes en Vizcaya al considerarlo como inductor del crimen y a otros dos ciudadanos argelinos a los que el primero podría haber contratado para consumar el crimen, y a los que se suma un cuarto en Suiza del que se ha iniciado el trámite para pedir su extradición.

Los investigadores habían centrado la investigación en el móvil pasional tras haber descartado, entre otras opciones, una motivación política relacionada con la actividad de la víctima como único edil de IU, con responsabilidad en las áreas de Medio Rural, Playas y Personal, en un gobierno cuatripartito.

El presunto autor intelectual conocía bien a Ardines, con el que era habitual verle en los veranos. Por lo visto, acudía con su familia a una casa de su propiedad situada a apenas cien metros de la vivienda del edil en la parroquia llanisca de Belmonte de Pría, donde pasaba las vacaciones y algunos fines de semana, ya que su residencia estaba en Amorebieta, a poco más de 200 kilómetros.

Los celos del detenido aparecen como el principal desencadenante del crimen, según fuentes cercanas a la investigación.