Las llamas han calcinado el apartamento ubicado en ses Figueretes. | Paco S. Pérez

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«Estábamos en casa toda la familia y en cuanto he visto las primeras llamas he intentado apagarlas pero era imposible. Había mucho fuego y los cristales han reventado. Hemos salido todos corriendo con mucho pánico». Así relataba Mohamed los momentos de tensión que acababan de sufrir él y su familia tras el incendio que ayer por la tarde arrasó el apartamento en el que vivían en la cuarta planta de los Apartamentos Lince, en el número 40 de la calle Galicia.

El barrio de ses Figueretes fue el escenario de un sobresalto que sacó a la calle a decenas de vecinos, alertados por las llamas, las explosiones de los ventanales y una impresionante columna de denso humo visible desde varios puntos de Vila.

La alarma saltó en torno a las 18.00 horas, cuando del balcón de la vivienda empezaban a salir grandes lenguas de fuego. Mohamed, su mujer y sus hijos de 8, 10 y 12 años abandonaban la casa a la carrera y lo mismo hacían decenas de vecinos alertados por el fuego y posteriormente siguiendo las instrucciones de los agentes desplazados hasta el escenario del suceso.

«Venía de entrenar desde ses Salines y por Platja d'en Bossa ya se veía la columna de humo. Cuando he llegado he visto a todos mis compañeros en la calle, los bomberos, la policía y ya no me han dejado entrar en casa», señaló Anass Bouras, vecino de la segunda planta del inmueble escenario del pavoroso incendio.

Cerca de él y todavía con el nervio en el cuerpo, Ángeles y Núria. «Venía de hacer la compra y desde la avenida Sant Josep ya se vislumbraba el fuego. Al ver que era nuestro bloque he aligerado el paso porque no sabía si podía ser mi casa o la de mi hermana. Cuando he llegado he comprobado que es la casa que mi hermana tiene alquilada a esta familia. Afortunadamente no ha habido heridos, pero ha sido un susto muy grande porque había mucho fuego, humo y explosiones y no sabíamos si estaban dentro de la casa», relató Ángeles.

Momentos de tensión
Los agentes de la Policía Local y de la Policía Nacional acordonaron un perímetro de seguridad y detrás de este tomaron posiciones decenas de vecinos que siguieron minuto a minuto los trabajos de extinción de los bomberos.

Hasta la zona también se movilizaron ambulancias del 061 y personal de emergencias para atender a los vecinos.

En un primer momento se temió por la explosión de una bombona de butano presente en la terraza de la vivienda pero el sargento de bomberos, Miguel Sevilla, matizó que las explosiones que se habían registrado eran de los vidrios localizados en las diferentes estancias de la vivienda siniestrada.

Pasadas las 19.00 horas, los bomberos continuaban apagando los últimos puntos de fuego presentes en el interior de una vivienda que era como un horno. Los bomberos iban accediendo por turnos y equipados con equipos autónomos de respiración.

En la calle, algunos vecinos jaleaban los trabajos de los bomberos mientras la mayoría tomaba imágenes del suceso, móvil en mano.

Pasadas las 20.00 horas, el olor a quemado continuaba bien presente en este punto de ses Figueretes y los vecinos trataban de recuperar la normalidad y digerir un sobresalto que les dejó con «el miedo en el cuerpo, pero afortunadamente sin tener que lamentar ninguna víctima», destacaron los presentes.