El resultado de la autopsia no ha desvelado rastros de veneno ni se han encontrado señales de violencia en los cadáveres ni indicios de que alguien hubiera forzado el acceso a la vivienda.
«Según la información actual se puede dar por sentada una muerte por hambre», ha informado hoy un portavoz policial.
Aunque los cadáveres fueron localizados el pasado 21 de mayo en Florisdorf, un distrito en el extrarradio de Viena, los forenses estiman que la muerte se produjo a finales de marzo o principios de abril.
En la vivienda no se encontró ni una carta de despedida ni alimentos, informa la radiotelevisión pública ORF.
La policía ha señalado que las tres mujeres tenían poco contacto con el exterior y que abandonaban el apartamento, situado en un complejo de viviendas sociales, siempre juntas.
El servicio de protección del niño de Viena ha indicado que las dos jóvenes fallecidas tenían algún tipo de retraso de desarrollo, aunque no hay constancia de que se tratara de algo grave.
En otoño de 2016, al acabar el periodo de escolarización obligatorio, las dos chicas abandonaron el centro al que acudían.
Según ORF, en diciembre de ese año los servicios juveniles realizaron algún tipo de intervención que terminó en marzo de 2017, al entender que no eran necesarias más medidas.
Ese medio indica que la madre fue diagnosticada con algún tipo de problema psíquico y que había buscado ayuda en el pasado en casas de acogida de mujeres.
La policía no ha facilitado más detalles por respeto a la intimidad de las víctimas y de sus familiares.
3 comentarios
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Y si estas tres pobres mujeres no estaban bien de la cabeza, qué culpa tiene la Unión Europea? No se puede hacer de padre de todos.
"La policía no ha facilitado más detalles por respeto a la intimidad de las víctimas y de sus familiares.", yo creo que se calla de la vergüenza.
La gran Unión Europea de las oportunidades. La gran estafa del siglo XXI.