El líder del cártel de Sinaloa, la más poderosa organización de narcotráfico según EE.UU., no testificó durante su proceso, que se alargó once semanas hasta el pasado febrero, pero hoy sí hizo una declaración ante el juez Brian Cogan antes de que le impusiera la dura sentencia que se esperaba.
Guzmán, de 62 años, fue condenado a cadena perpetua y también se le ha impuesto la confiscación de unos 12.600 millones de dólares en compensación al tráfico de miles de toneladas de drogas.
Sobre su encarcelamiento estos 30 meses dijo: «Ha sido una tortura física y mental, la situación más inhumana que he vivido en toda mi vida». «Cuando fui extraditado (en enero de 2017) esperaba un juicio justo donde mi fama no fuera determinante para administrar justicia, pero pasó lo contrario», afirmó hoy el narcotraficante, hallado culpable el pasado febrero de 10 cargos, el principal de ellos mantener una empresa criminal de manera continuada.
El capo también recordó al juez que, tras concluir el proceso, un miembro del jurado cuya identidad se desconoce aseguró en entrevista con el diario digital Vice que algunos desoyeron las órdenes del juez de no comentar o leer sobre el caso en periódicos o redes sociales.
«Ya que el Gobierno me enviará a una cárcel donde se olvidarán de mi nombre, tomo la oportunidad para decir que aquí no hubo justicia», subrayó en español el Chapo, que aseguró vivir «una tortura» bajo las extremas condiciones del Centro Correccional Metropolitano de Manhattan, en el que lleva dos años y medio.
En una rueda de prensa posterior, los abogados defensores de Guzmán, que solicitaron por aquel motivo un nuevo juicio, denegado por el magistrado, indicaron que están tramitando la apelación la sentencia y calificaron el proceso de «espectáculo».
«Ha habido problemas significativos relacionados con la moción para un nuevo proceso, la extradición, la reducción de los contrainterrogatorios... que nunca he visto en 28 años. Nunca se me había limitado tanto como en este caso pero lo entiendo, esto fue un espectáculo», afirmó el letrado Jeffrey Lichtman.
El letrado ironizó sobre la multa millonaria que se le ha impuesto a su cliente y dijo que es «una ficción, parte del espectáculo» y que el Gobierno de EEUU primero «tiene que cobrar el primer dólar» de unos activos que duda que Guzmán posea, ya que las autoridades los buscan desde «hace décadas». Lichtman se refirió también a la «maldición» que sufre la mujer del Chapo, Emma Coronel, «no solo como esposa sino como madre de sus dos queridas hijas, que son inocentes» y que «no han podido abrazar a su padre en años» debido a las altas medidas de seguridad de la prisión neoyorquina.
El abogado elevó el tono al revelar que otros compañeros de profesión le recomendaron «proteger» su carrera y dijo «que le jodan a eso, estoy aquí para proteger los derechos constitucionales, lo siento si ofendo a alguna gente pero estoy aquí para hacer mi trabajo».
De cara a la reclusión del Chapo en el penal de máxima seguridad ADX Florence, cercano a Denver (Colorado), donde se espera que pueda pasar el resto de sus días, Lichtman sentenció: «Pueden enterrar a Joaquín Guzmán bajo toneladas de metal en Colorado y hacerlo desaparecer, pero nunca se desharán el hedor de este veredicto».
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