Andreu, padre del menor agredido, junto a su hijo en el hospital. | Julio Bastida

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Andreu, padre del menor de 16 años que fue brutalmente agredido en Ses Fontanelles por defender a su hermana, rompe su silencio.

«No podemos ni debemos permitir que existan grupos violentos que vayan dando palizas a la gente por la calle. Estamos hablando de una veintena de marroquíes que rodearon a mi hijo y lo inflaron a golpes. Creo que ha llegado la hora de que los políticos de Baleares se quiten la venda de los ojos y afronten la realidad a la que nos enfrentamos. Tenemos un problema muy serio y hay que tomar medidas», señala Andreu. El progenitor de la víctima acusa directamente a los políticos de la falta de seguridad y de control sobre la inmigración incontrolada y «luego pasa lo que pasa. Ese mismo día, esa banda de marroquíes dieron tres palizas más para robar», concluye.

Por su parte, la madre del chico, señala: «No se trata de ser racistas ni mucho menos, pero no se puede venir a un país para delinquir. Quien la hace, que la pague y que sean expulsados».

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El paciente, permanecerá ingresado en el hospital hasta el próximo lunes. «Le han puesto dos placas en la parte izquierda de la mandíbula y una más en el sector derecho. Mi hijo está muy dolorido y resignado. Se espera que la recuperación médica se prolongue durante, al menos unos dos meses», comenta Araceli, la madre del menor brutalmente agredido.

Si todo sale según lo previsto, durante la recuperación el paciente deberá ingerir líquidos, purés y alimentos blandos. Por otra parte, el adolescente recibió a un equipo de Ultima Hora en la habitación del hospital, visiblemente afectado y tras haber pasado por quirófano unas horas antes. Se trata de un adolescente amable y educado. Un deportista que no ha fumado nunca ni bebido alcohol. Está tendido en la cama y con una compresa mojada la mantiene pegada a su cara para evitar el hinchazón. Los médicos, unos instantes antes, lo visitaron y le administraron la medicación. Es un chico tímido. Para preservar su anonimato -al tratarse de un menor de edad- omitimos facilitar su nombre.

«Yo sólo fui a hablar con los chicos para pedirles explicaciones por lo que le habían hecho a mi hermana de 14 años. Me llovieron los golpes de por todos lados. Menos mal que pude salir corriendo», concluye.