El acusado, durante el juicio. | Guillermo Esteban

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Un hombre ha negado en el juicio que violara a su sobrina menor de edad en Pollença en noviembre de 2014. El acusado, que solo ha respondido a las preguntas de su abogado, José Manuel Domingo, ha explicado ante un tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia de Palma que la adolescente, de 14 años, le pidió que le enseñara un vídeo pornográfico. «Lo vimos y me dijo que le hiciera un masaje en la espalda. Yo ya noté cosas raras porque después del masaje me tocó las partes». El acusado ha asegurado que la víctima es «una niña conflictiva y abusona» que le pedía dinero para comprar drogas. El hombre cree que su sobrina le denunció porque no le compró una moto.

La víctima, que ahora tiene 19 años, ha declarado que en aquel entonces tenía muy buena relación con su tío, lo consideraba como a un padre. Los hechos juzgados este martes ocurrieron el 10 de noviembre de 2014. El acusado recogió a la menor en su domicilio, sobre las 19.00 horas, para ir a buscar caracoles a una finca situada en Pollença. El hombre y la adolescente, tras recoger cuatro docenas de caracoles, se dirigieron en torno a las 21.00 a la vivienda de los padres del procesado.

La joven ha comentado que una vez allí, se sentaron en el sofá del salón y el encausado empezó a ver un vídeo de contenido pornográfico en su teléfono móvil, masturbándose por debajo de los pantalones en presencia de la menor. La víctima se levantó para marcharse pero su tío se lo impidió. La arrojó sobre el sofá y se tumbó encima de ella. La inmovilizó con su peso, le bajó a la fuerza los pantalones y la forzó. La perjudicada presenta un daño psicológico por desestabilización y ha requerido de intervención psicoterapéutica durante cinco años.

«Aquel día estaba en casa de una amiga y mi tío me llamó para ir a buscar caracoles. Fuimos a una finca donde él trabajaba, que se llamaba La Coma. Estuvimos buscando caracoles y al ver que no había muchos nos fuimos a su casa», ha recordado la perjudicada. La joven ha contado que entraron a la vivienda porque tenían sed. «Me senté en el sofá con el móvil y él estaba descargándose porno. Me enseñó una escena, se excitó y se empezó a masturbar sin bajarse el pantalón. Le dije que era un payaso, un cerdo, y me intenté marchar, pero me bajó los pantalones y me penetró».

La joven ha relatado que su tío, que era como su consejero, le dijo «por favor no digas nada, espero que esto quede entre nosotros». «Hicimos un trato para que yo retirara la denuncia pero él no cumplió. Firmé un documento porque sentía que estaba muy presionada por mi familia. Pensé que nadie me creía y que la familia se había roto por mi culpa. En el documento él admitía los hechos y se comprometía a pagar un tratamiento psicológico».

La chica ha manifestado que acudió al juzgado a retirar la denuncia y aseguró que las relaciones sexuales fueron consentidas. El caso se archivó pero otro tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia de Palma lo reabrió.

La Fiscalía solicita una condena de siete años de cárcel para el acusado por un presunto delito de agresión sexual y que indemnice a la víctima con 3.000 euros por los daños morales. Además, el ministerio público reclama una medida de 10 años de libertad vigilada después de que cumpla la pena de prisión.