En el acto judicial estuvieron presentes todos los militares imputados en la causa, una comitiva judicial presidida por el juez instructor y los expertos del laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil. Durante más de cuatro horas, los especialistas del instituto armado realizaron comprobaciones de balística y sonometrías. De hecho, efectuaron varios disparos con el arma que acabó con la vida del joven mallorquín.
Juanjo Jiménez, padre del legionario fallecido, recorrió más de 700 kilómetros en coche para poder acceder al lugar donde murió su hijo. El juez, una vez finalizada la reconstrucción y todos los imputados habían abandonado el campo de tiro, acompañó al progenitor, junto a la Guardia Civil, al punto exacto donde Alejandro recibió el tiro mortal.
Horas antes, se vivieron momentos de tensión. Cuando el capitán y el sargento de la Legión Española pasaron junto al padre del fallecido –ubicado en el entrada del campo de tiro– ambos bajaron la cabeza y accedieron al recinto sin articular palabra alguna.
En uno de los oficios policiales se recoge que «gestiones practicadas por el Equipo Territorial de la Policía Judicial de Novelda (Alicante), Laboratorio, Homicidios y la autopsia, se observa un orificio de entrada en el pectoral derecho, con una dirección totalmente horizontal y en sentido de derecha hacia izquierda (corazón), sin orificio de salida del proyectil. Hace pensar a esta instrucción, que el suceso que provocó la muerte del caballero Legionario Jiménez Cruz, pudo no ser consecuencia de un rebote del proyectil sobre el terreno, sino un impacto directo proveniente de otro de los componentes de la línea de tiro».
Este miércoles, en el campo de tiro quedó demostrado por los expertos de la Benemérita que la versión inicial del Ejército era falsa. Alejandro murió un disparo de fusil HK de 5.56 milímentros utilizado en ese instante por el sargento del destacamento.
Cambio de versiones por presiones
La investigación sigue su curso y fruto de la misma se conoce que el capitán responsable del ejercicio, según la testifical de alguno de los soldados, pidió a los legionarios que mintieran a la Guardia Civil. Querían ocultar el verdadero lugar donde había fallecido el joven mallorquín y modificar la escena del crimen unos metros. Los investigadores han detectado que en las últimas declaraciones de los legionarios hay notables diferencias a las que hicieron ellos mismos los primeros días tras la muerte de su compañero. Además, existe un patrón común entre todas las testificales.
8 comentarios
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Primeramente resaltar lo triste e injusto de perder una vida en esas condiciones de un chico uqe comienza a vivir, y sobre los miserables, decir que ojalá y se haga justicia estos no merecen salir como militar y con paga todo lo demás deben expulsarlo y que no conserve derecho alguno y a los encubridores pues que la justicia alguna vez se aplique y practique sus funciones decir que mundo militar está muy protegido y el corporativismo interior tapo la boca de muchísimas injusticia y muchos fallecidos sin oportunidad de relatar verdades... JUSTICIA PARA ESTE CABALLERO
Ole! A este valiente padre!!!! Ole ole!!!!
Espero y deseo que paguen por ello. Alejandro seguiría vivo si se hubieran tomado las medidas preventivas adecuadas el día del ejercicio de tiro. El Capitan ,a parte de querer ocultar lo sucedido, se suma el agravante de manipular al resto del grupo de Legionarios para que mintieran . Este tío es un cáncer para la Legión . Justicia y honor para Alejandro . Sus padres y el resto de su familia merece saber toda la verdad
Soldados valientes bajo ordenes de valientes inútiles.
Animo a todos los familiares, no se puede dejar descansar en paz a una persona sabiendo que sobre su honor hay una mentira, que salga la verdad, y que paguen los responsables, ya sea el capitán, el sargento, o aquel que dio amparo a la mentira. FUERZA Y HONOR
Los implicados en este suceso solo tienen dos nombres:Mentirosos y cobardes. Ahora ya pueden ir desfilando a paso marcial. Falsos!!
Todos los imputados a la cárcel de por vida por encubrir un asesinato junto con la ministra de defensa por intentar taparlo.
"Cuando la pena nos alcanza.." El capitán y los subordinados cobardes deberían de ser expulsados del ejército por deshonor, resistencia a la autoridad, falsedad documental, colaboración en asesinato. Por desgracia si no llega a intervenir los medios civiles nunca se habría hecho justicia, y no es la primera vez que pasa. Más control civil del ejército y sobre todo de sus mandos.