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La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Baleares juzgará este miércoles y jueves a un joven acusado de violar varias veces a su pareja y someterla a graves vejaciones, hechos por los que la Fiscalía pide para él penas que suman 34 años de cárcel.

En concreto, el hombre será juzgado por presuntos delitos de agresión sexual, trato degradante, lesiones y coacciones.

Según el escrito de Fiscalía, los hechos tuvieron lugar en Llucmajor en el verano de 2018. El joven, de 28 años en la actualidad, mantenía una relación sentimental con la víctima y ambos convivían en el mismo domicilio desde abril.

La Fiscalía relata que el acusado impuso sobre la mujer «una situación de dominación» basada en su superioridad física, con «frecuentes actos de violencia» sobre la mujer que le causaron «miedo y espíritu de sumisión».

En concreto, el fiscal detalla que llegó a rociarle el cuerpo con spray de pimienta, introducirle la cabeza dentro del inodoro, lanzarle huevos y obligarle después a recogerlo todo, además de forzarla a bailar desnuda para él. Además, controlaba sus comunicaciones y le borró la aplicación de WhatsApp de su teléfono y le cambió la tarjeta SIM.

La Fiscalía también recoge en su escrito que, en agosto, estando ambos en la playa, él creyó que ella había estado mirando a otro hombre, se puso celoso y le dijo «que la iba a castigar y que era su esclava». El Ministerio Público acusa al joven de haber obligado a la mujer, con amenazas contra su integridad física, a mantener relaciones sexuales mientras le decía cosas como «eres una puta», o «en el fondo te gusta».

Al día siguiente, la mujer intentó escapar del apartamento pero el hombre se lo impidió y, presuntamente, le volvió a obligar a mantener relaciones sexuales, propinándole golpes en la cara en las extremidades, golpeando su cabeza contra la pared y agarrándola por el cuello. La Fiscalía recoge también que le decía «que le daba igual tener que matarla» y que le tapó la boca con cinta adhesiva.

Asimismo, el fiscal acusa al hombre de haber utilizado diferentes objetos para penetrarla vaginalmente. Cuando él fue a tomar una ducha, ella consiguió escapar, cubierta únicamente con una toalla, y fue auxiliada por un vecino.

La Fiscalía aprecia agravantes de género y de parentesco, y también de reincidencia, porque el acusado ya fue condenado por un delito de lesiones. Además de la pena de cárcel, pide una orden de alejamiento en favor de la víctima, la medida de libertad vigilada durante seis años tras cumplir la pena de prisión, y una indemnización de 6.750 euros para la víctima por las heridas y los daños morales.