Álvarez, que pide para El Chicle 2 años y medio de cárcel por homicidio imprudente, se ha dirigido al jurado que tendrá que dirimir sobre la culpabilidad de su defendido para decirle que no existen pruebas «objetivas» de los delitos de los que le acusan el Ministerio Público y la acusación particular.
El azar la ha colocado ante el caso «más difícil» de su carrera profesional, ha dicho la letrada antes de denunciar que no se hayan extremado las garantías y derechos constitucionales de su defendido.
«No me enfrento a una acusación que tiene que demostrar lo que es cierto, sino que me tengo que enfrentar a una condena social de culpabilidad» para El Chicle, al que han llegado a calificar como «depredador» y «violador en serie», ha recordado la abogada.
Como los miembros del jurado «no vienen de Plutón» y sí ven la tele, leen el periódico y han estado expuestos al «bombardeo mediático» sobre este crimen, Álvarez les ha pedido que se «desinfecten» y se «desprendan» de todos los juicios de valor y sean «imparciales e independientes».
Álvarez cree que su defensa se va a desarrollar en una «atmósfera hostil» y ha insistido en la necesidad de que el jurado se centre en el juicio que hoy ha comenzado y no tenga en cuenta lo que haya podido ver o leer antes. «Así serán justos y no estarán contaminados», ha zanjado.
«Obviamente» El Chicle causó la muerte de Diana, ha continuado la letrada, pero, a su entender, no hay pruebas objetivas de que inmovilizara a la joven, de que la metiera viva en el maletero del coche o de que la estrangulara en la nave, ha subrayado.
La defensora de El Chicle ha valorado que el propio acusado llevase a los agentes de la Guardia Civil hasta el lugar donde arrojó el cuerpo -un pozo de diez metros de profundidad- y que siempre haya respondido las preguntas de todas las partes durante la instrucción.
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