Los cuatro especialistas encargados del rastreo y del análisis de los datos móviles en el caso de Diana Quer han confirmado este miércoles que la cobertura del teléfono de la joven hace «inviable» que el único acusado por el crimen, José Enrique Abuín Gey, El Chicle, abordase a la joven en el lugar que dice.
Los miembros del grupo GATO de la Guardia Civil, de apoyo tecnológico a los investigadores, han desgranado en la séptima jornada de la vista oral la reconstrucción virtual del último recorrido que hizo Diana Quer en función de las conexiones de su terminal con las antenas de telefonía móvil.
A través de un minucioso estudio y una reconstrucción virtual, en base a la triangulación se ha reconstruido el itinerario realizado por Diana Quer y que es «incompatible totalmente» con que la víctima caminase por la calle Venecia como sostiene el encausado.
Esa estrecha vía tiene un «muro alto» que actuaría como «barrera física» impidiendo que su aparato se conectase a la antena que recoge la señal, han contado. La reconstrucción indica de hecho que Diana caminó hacia su vivienda «indubitadamente» por el camino de Areal, como sostienen las acusaciones, manteniendo simultáneas conversaciones de mensajería instantánea (WhatsApp) llegando a intercambiar un total de 123 mensajes en diez minutos.
En un momento dado, dejó de interactuar 48 segundos con su terminal y, tras este parón, el primer mensaje que envió fue: «Me estoy acojonando».
Después, continuó sus conversaciones hasta las 02:24:45 cuando mandó su último mensaje en el que aclaraba que el motivo por el que se asustó había sido un grito de «Morena, ven aquí». Y ya no volvió a enviar ningún mensaje más pero sí recibió uno nuevo que ella ya no leyó.
Este análisis evidenció también que ese terminal estaba «siendo obstruido por algo», que podría ser un «vehículo» o lo que fuese que lo estaba «tapando».
De hecho, en menos de un minuto la velocidad de movimiento se incrementó, hecho que permitió a los investigadores interpretar que se estaba desplazando en un vehículo, se supone que el Alfa Romeo del Chicle.
El teléfono de Diana perdió su conexión en Taragoña -donde Abuín Gey reconoce que arrojó el móvil-, y las conexiones del acusado continúan hasta Asados, donde está la antigua fábrica de gaseosas con una planta sótano en la que se encuentra el pozo al que la arrojó.
Las interacciones con las antenas sitúan el teléfono de El Chicle «sin ningún género de dudas, a las 3:04» en Asados, han expuesto los especialistas. Y, pese a que no interactuó con el terminal, una señal automática volvió a situar al encausado en la zona de la nave «como mínimo» una hora y veintiún minutos después.
A partir de ese momento, su teléfono ya no volvió a emitir ningún tipo de señal hasta las diez de la mañana del día siguiente.
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