Según la jueza que ha emitido el veredicto, Gaitán no merecía ningún tipo de beneficio sobre su condena, por lo que ha sido privado de libertad y no podrá ser sometido a arresto domiciliario. | Efe

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Édgar Orlando Gaitán Camacho, un falso chamán colombiano que habría aprovechado su posición social para cometer abusos, ha sido condenado a 29 años de prisión por agredir sexualmente a cuatro mujeres, según ha informado el diario local El Espectador, que sitúa en decenas el número de víctimas del 'Taita'.

El acusado, que fue extraditado en julio desde México, fingía tomas de ayahuasca o yagé, un brebaje alucinógeno, para dejar a sus víctimas inconscientes y abusar de ellas.

Gaitán, que nació el 25 de diciembre de 1958, es oriundo de Sucre (Santander), creó su propia colectividad aprovechando que había adquirido conocimientos indígenas de la comunidad carare, en la finca El Sol Naciente, de La Vega (Cundinamarca).

Según la jueza que ha emitido el veredicto, Gaitán no merecía ningún tipo de beneficio sobre su condena, por lo que ha sido privado de libertad y no podrá ser sometido a arresto domiciliario.

Tal y como ha señalado el citado periódico, Gaitán abrió un supuesto consultorio médico en Bogotá para abusar sexualmente de decenas de mujeres que creyeron estar siendo curadas mediante rituales indígenas.

El caso ha salido adelante gracias a la denuncia presentada por una menor de edad, lo que ha provocado una avalancha de testimonios de mujeres que durante más de una década han sido víctimas del falso chamán.

Los primeros rumores sobre abusos sexuales cometidos por Gaitán se registraron en 1999, cuando algunas mujeres comentaron que las tocaba. Los casos no llegaron nunca a oídos de la Justicia, pero sí se extendieron entre la comunidad.

En aquella época, Gaitán intentó justificarse diciendo que un demonio «lo había tentado a través de una mujer» y el tema no trascendió hasta que una joven fue a la Fiscalía.

Esa primera denunciante desveló su 'modus operandi' y narró que fue agredida sexualmente por el acusado en cuatro ocasiones durante sesiones con yagé para curar presuntamente unos quistes en sus ovarios.