Los imputados, que se encuentran en prisión desde agosto del año pasado, declararon a través de videoconferencia y solo uno de ellos, al que solicitan cuatro años y medio de privación de libertad, al igual que al otro varón, reconoció que en la vivienda donde habitaban efectivamente se vendían sustancias estupefacientes. «Sí, es cierto que vendía droga. Pero solo yo, las otras dos personas no tienen nada que ver en esto», explicó a preguntas de su abogado. Desvinculó al otro procesado, del que dijo que era amigo suyo de la infancia y al que acogió en el piso y a la mujer, la cabecilla de la banda según la Fiscalía. Precisamente esta última, que se enfrenta a seis años de cárcel, explicó que conoce a los otros dos imputados porque ocuparon su piso. «Le dije que se podía quedar a cambio de una pequeña cantidad de dinero y así tendría cuidado mi piso mientras yo estaba en la cárcel». Cuestionada sobre las constantes visitas a la vivienda cuando estaba de permiso la mujer fue clara: «Iba a cobrar y para ver que todo estaba en orden», sostuvo.
Varios policías que declararon como testigos relataron que montaron vigilancia en la zona por las quejas de los vecinos y constataron que había gente iba a comprar droga a la vivienda. Registraron el piso y encontraron distintas sustancias estupefacientes, utensilios para su tratamiento y dinero en efectivo.
1 comentario
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Que raro, grupos y organizaciones criminales unipersonales, será una nueva estrategia de defensa... además esto es un chollo , mientras uno se autoimputa el resto del clan continúa con el negocio.