Los investigadores intervinieron en una nave industrial de grandes dimensiones, sin ninguna actividad aparente, pero con un gran número de aparatos de aire acondicionado en su interior y detectaron que, gracias a técnicos de la compañía eléctrica E-Distribución, había una instalación clandestina conectada directamente a la red de distribución con un alto consumo propio de un cultivo clandestino de marihuana de estas características.
Además, la instalación clandestina suponía un riesgo eléctrico con posibles consecuencias como un incendio, según indica la policía catalana.
Gracias a las gestiones de investigación, el jueves 6 de agosto, con una autorización judicial realizaron una entrada y registro de la nave industrial. En total, los agentes decomisaron un total de 622 kilogramos de marihuana, concretamente 212 kilogramos en cogollos y unas 1.100 plantas y el material necesario para su cultivo.
Ante las evidencias, los investigadores detuvieron a las ocho personas que había en el interior de las naves industriales como presuntos autores de un delito de tráfico de drogas y un delito de defraudación de fluido eléctrico.
Los investigadores calculan que el valor de la plantación es de unos 1.418.000 euros en el mercado negro y que el valor defraudado en fluido eléctrico asciende a los 288.000 euros. Los arrestados, sin antecedentes previos, pasaron a disposición judicial y el juez instructor decretó su ingreso en prisión.
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