En la jornada de este viernes se celebró el juicio contra el hombre, de nacionalidad rumana, que, además de estas dos agresiones sexuales, también se le acusa de intentarlo con otras dos mujeres. La Fiscalía pide para él 26 años de prisión, donde se encuentra desde hace algo más de trece meses.
Testimonios
Las dos víctimas del violador de la Porta de Sant Antoni ofrecieron testimonios desgarradores en la sala de la sección Segunda de la Audiencia de Palma. La primera de ellas relató ante el Tribunal que el hombre, tras recogerla con el coche, se la llevó a un descampado cerca del polígono de Levante. Habían pactado previamente un precio por el servicio. Allí, según la mujer, la violó. «Le dije que me pagara por adelantado y enfureció.
Me pegó, me agarró por el cuello y después de arrancarme la ropa me hizo todo lo que quiso. Empecé a sangrar por la boca por los golpes y me dijo que me iba a matar. En ese momento le solté que me hiciera lo que quisiera, pero que no me matara», explicó entre lágrimas. La víctima al final pudo escapar y pedir ayuda a unos vecinos. La otra perjudica también explicó la violenta actitud del imputado. «Cuando vi que no íbamos donde habíamos acordado me chirrió un poco. Me llevó por la zona del aeropuerto y al ver ese cambio le dije que no quería nada con él. En ese momento me sujetó del pelo y me dio una paliza. Estuvo dos horas haciéndome lo que quiso mientras yo lloraba», apuntó. Y añadió que tuvo que fingir un ataque de asma y que se moría para que «tuviera piedad de mí», subrayó. Las otras dos presuntas víctimas explicaron que el hombre intentó agredirlas, pero no pudo.
Por su parte el acusado negó todo los hechos que se le imputan, pero admitió que tuvo relaciones con las dos mujeres presuntamente violadas. Y avisó de que «no vale la pena violar por 20 euros que cuesta media hora con una prostituta». Se enfrenta a una pena de 26 años de prisión.
Detenido tras una intensa investigación
Un agente de la Policía Nacional que participó en el arresto, en agosto del pasado año, del acusado explicó lo intensa que fue la búsqueda del sospechoso.
Tenían su descripción (tatuajes y dientes rotos incluidos) pero poco más. Una cámara de vigilancia en la zona donde no pudo llevar a cabo su cometido fue clave para tomar un fotograma del varón y así ser reconocido por las víctimas.
5 comentarios
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Tuve un compañero de trabajo rumano. Si su mujer le es un infiel le dará una paliza, según el. Y si ella llama a la policía, no pasará nada porque el policía que acuda también tiene una mujer que recibirá lo suyo en caso de infidelidad. Eso ,si pasa en Rumania, claro. Quedé escandalizado...
@Mari Puty Su comentario es de una bajeza moral y un total desprecio por la mujer y su libertad, culpando a la víctima como un neandertal. Una mujer debería poderse mover libremente por donde le diera la gana. Ser prostituta debe ser ya bastante duro y no por ello merecen menos respeto como personas. Hágaselo mirar porque es repugnante.
No recomiendo a ninguna mujer merodear esa zona, si no va acompañada. Quien se mete en la boca del lobo...
Espero que se en pase toda la condena recogiendo pastillas de jabón del suelo.
Ojala se lo hagan pasar a el peor en el talego!!!