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El hombre juzgado por abusar sexualmente de las nietas de su pareja en Mallorca ha negado este miércoles la versión de las víctimas, a las que ha acusado de haberse inventado todo. Las dos niñas, por su parte, han mantenido su relato.

El hombre fue pareja de la abuela de las niñas durante 25 años y es el padrino de una de las pequeñas. Se enfrenta a una petición de 18 años de prisión, en un juicio que se ha celebrado este miércoles en la Audiencia Provincial de Baleares.

Ante el Tribunal, el procesado se ha declarado inocente y se ha defendido acusando a la mayor de las niñas de haberse «inventado» el relato, añadiedo que la hermana pequeña copiaba a la mayor «en todo».

La Fiscalía acusa al hombre de aprovecharse de momentos en los que se quedaba al cuidado de ellas para, con el pretexto de darles masajes, abusar de ellas. El hombre ha reconocido que les daba masajes, pero sin connotación sexual, y ha indicado que eran las niñas quienes se los pedían.

«Sé lo que está bien y lo que está mal, soy consciente de ello», ha declarado. También ha negado haber dormido con las menores o haberlas llevado a una playa nudista.

Envió una carta a su pareja pidiendo perdón
La Fiscalía ha interrogado al acusado acerca de una carta que envió a su pareja mientras estaba en prisión. En el documento, que el hombre ha reconocido como auténtico, el acusado pedía perdón a la abuela de las menores.

Sin embargo, el acusado ha negado que frases como «siento de todo corazón lo sucedido», «te escribo esta carta para pediros perdón por todo el daño que os he hecho», «siento haberos defraudado» o «entiendo que me odies» impliquen admitir su culpabilidad respecto a los abusos. En este sentido, el hombre ha vinculado esta carta a un intento de suicidio que habría tenido lugar en la cárcel.

Además de la pena de prisión, la fiscal solicita una orden de alejamiento de 500 metros y de comunicación por cualquier medio de las víctimas durante 20 años y una medida de libertad vigilada durante cinco años cuando salga de prisión.

Asimismo, la Fiscalía reclama que indemnice con 12.000 euros a las menores por los daños morales, ya que desde que ocurrieron los hechos han precisado de ayuda psicoterapéutica.

«Tenían pánico a contarlo»
Tras el acusado ha declarado la madre de las víctimas, que ha explicado cómo se enteraron de lo que estaba ocurriendo. Según el relato de las niñas, los abusos ocurrieron de forma continuada hasta que en un momento dado la mayor se lo confesó a la madre. «Tenían pánico a contarlo. He hecho de tripas corazón para hablar con ellas», ha dicho la mujer.

La víctima reveló a su madre que estaba siendo abusada por su padrino un día en el que las niñas estaban en casa de los abuelos, en la Península, separadas de sus padres. La madre llamó a la Policía, que recomendó a los padres que se llevasen a las niñas sin levantar sospechas. Así, los protenitores fueron a buscarlas con el pretexto de llevárselas a otra Comunidad Autónoma a despedirse de otro familiar que estaba enfermo, presentándose por sorpresa.

La madre, visiblemente afectada en el juicio, ha indicado que según le explicaron sus hijas los abusos ocurrían cada vez que la pareja de la abuela «tenía oportunidad». Entre sollozos, la mujer ha expresado que siente un gran sentimiento de culpa por no haberse dado cuenta de lo que estaba ocurriendo.

Los padres han asegurado que no dudaron «ni un momento» de la versión de las niñas. «No puedo entender cómo puede quedarse tan tranquilo y decir que mentían. ¿Qué ganan con ello?», ha declarado la madre.

«No sabía qué hacer»
Durante el relato de los hechos por parte de las víctimas, los padres han tenido que abandonar la sala por la dureza de la situación. La hermana mayor ha explicado que cuando ocurrieron los abusos «no sabía qué hacer» y que para escaparse se marchaba con la excusa de ir al baño, donde se quedaba encerrada durante rato.

La víctima también ha explicado por qué no contó nada antes. «Yo sabía que estaba mal, pero no quería que le pasase nada, era mi familia», ha dicho. La hermana pequeña, por su parte, ha afirmado que el hombre le advirtió para «que no le dijera nada a nadie».