El Parc de ses Estacions, parque Wifi y Estación Intermodal son tres de los puntos donde los jóvenes fugados se reúnen y ejercen la prostitución. | M. À. Cañellas

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La fuerte presión policial ejercida en los últimos meses y el férreo control por parte del Govern balear y de la oficina del Defensor del Menor ha conseguido reducir de forma drástica el número de fugas de menores de los centros tutelados y de internamiento.

Según los últimos datos oficiales, es decir, las comunicaciones que realizan los trabajadores sociales y dirección de los diferentes centros a la central del 112, se ha pasado de una media de 70 fugas por semana a cuatro. Estas cifras, a pesar de que son altas, constituyen un bálsamo para los más de 600 profesionales (públicos y empresas privadas concertadas) que velan por los 1.200 menores tutelados de Baleares.

Estos buenos resultados obedecen en buena medida al cerco policial ejercido contra las mafias que controlan la prostitución infantil, la mayor vigilancia de puntos estratégicos como la Estación Intermodal, el parque Wifi, edificio okupa de Reyes Católicos y otras ubicaciones donde los internos fugados conseguían refugio y dinero fácil. También ha influido mucho el control y supervisión por parte de la oficina del Defensor del Menor y una mayor implicación por parte de trabajadores sociales y equipos de dirección de los centros.

Los profesionales consultados sostienen que hay que tener muy claro que los centros tutelados no son cárceles y que las leyes les prohíben tomar decisiones de privación de salida a los internos.

Del mismo modo, también recalcan el importante déficit de alternativa de justicia juvenil, mayor número de programas y el trabajo preventivo. Baleares es la comunidad con mayor número de menores tutelados por la Administración de toda España.