El acusado en el juicio celebrado en Palma. | Guillermo Esteban

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Un joven vio un piso vacío de un banco en la calle Pere Joan Llobet de Palma y vio una oportunidad de negocio. Decidió okuparlo junto a varios amigos y cultivó plantas de marihuana hasta que fue detenido. El acusado, de 22 años y nacionalidad española, fue condenado este viernes a nueve meses de cárcel y una multa de 3.000 euros por un delito contra la salud pública.

La jueza titular del juzgado de lo Penal número 1 tuvo en cuenta la circunstancia atenuante de dilaciones indebidas como muy cualificada. Las actuaciones han estado paralizada por causas no imputables al acusado. El traficante, defendido por el abogado Tomeu Salas, no ingresará en prisión con la condición de que no cometa ningún delito en los próximos dos años.

Los hechos que fueron juzgados este viernes se remontan al mes de diciembre de 2017. El acusado, en compañía de otras personas que no han sido identificadas por la policía, se dedicó a vender marihuana en el domicilio de la calle Pere Joan Llobet, en la barriada de Foners.

1 kilo de marihuana

La Policía Nacional tuvo conocimiento del negocio ilícito del joven y registró el domicilio el 4 de diciembre. Allí encontró huellas del sospechoso y enseres personales.

Los agentes se incautaron de 88 plantas de marihuana que arrojaban un total de 1 kilo de peso. Las sustancias intervenidas han sido valoradas en 5.481 euros.

Los investigadores también hallaron un transformador, seis lámparas favorecedoras del crecimiento de las plantas, tres transformadores de 600 vatios de potencia, un aparato de aire acondicionado y un extractor con filtro de carbono para el cultivo de la droga.