La joven italiana Martina Rossi, a la izquierda, y a la derecha, sus padres.

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Martina Rossi no se suicidó. La joven turista italiana falleció tras saltar del sexto piso del hotel Santa Ana, en Cala Major, cuando huía de una violación en 2011. Una década y cinco procesos judiciales después, el Tribunal de Casación de Italia ha confirmado la condena de tres años de cárcel para Alessandro Albertoni y Luca Vanneschi por intento de violación.

Los dos acusados fueron condenados en primera instancia a seis años de prisión por el tribunal de la región de Arezzo, pero luego los jueces de Florencia los absolvieron y la Fiscalía recurrió al Tribunal de Casación.

Martina Rossi, una estudiante genovesa de 20 años, viajó junto a varias amigas a Mallorca de vacaciones. La noche del 3 de agosto salieron de fiesta y conocieron a dos jóvenes compatriotas que también estaban alojados en el hotel de Cala Major. Rossi terminó en la habitación de los chicos y, a las siete de la mañana, se precipitó por el balcón de la sexta planta del establecimiento.

La Policía Nacional abrió una investigación para tratar de esclarecer lo sucedido y concluyó que se trataba de un suicidio. Los padres de la víctima nunca creyeron que su hija se hubiera quitado la vida de forma voluntaria e iniciaron un proceso legal porque sospechaban que alguien estaba implicado en la muerte.

Los dos jóvenes que estuvieron en la habitación declararon como testigos y mientras esperaban en la comisaría uno le dijo al otro: «Tranquilo, no han encontrado ningún indicio de violencia sexual». La conversación fue grabada por la policía y supuso un giro en la investigación.