El detenido fue trasladado hasta los calabozos de la Jefatura Superior de Policía. | Alejandro Sepúlveda -

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Los vecinos de La Soledat no dan crédito a lo sucedido. Fueron varias las personas que llamaron a la Policía Nacional al escuchar los gritos de auxilio de una joven, de 18 años, que fue abordada por un pervertido que con ánimo libidinoso trató de abusar de ella. .

«Caminar por esta barriada de noche es un verdadero peligro y, si eres una niña o jovencita, mucho más. Te puedes encontrar desde toxicómanos con las jeringuillas colgando del brazo, a pandillas de menores argelinos que te dan palizas para robarte o delincuentes en general», apunta una vecina de la barriada. La policía aumentará su presencia en la zona.

Los hechos tuvieron lugar sobre las 02.45 horas del sábado al domingo. Una adolescente, de 18 años de edad recién cumplidos, llegaba a su casa pasadas las dos de la madrugada tras cenar con unas amigas. Al llegar a una conocida plaza de La Soledat Nord, fue abordada por un pervertido que con ánimo libidinoso trató de abusar de ella.

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Rápidamente, una patrulla acudió al lugar del suceso observando a un hombre ubicado en la puerta del portal y en el interior a una mujer pidiendo ayuda. Tras inmovilizar al sospechoso, los funcionarios policiales se entrevistaron con la víctima. La chica estaba totalmente atemorizada, nerviosa y temblando. Con la presencia policial, la joven se tranquilizó e informó a los policías que, instantes antes, se dirigía a su domicilio cuando, de forma sorpresiva, el ahora detenido la abordó. «Estaba sentado en un banco y se levantó. Comenzó a decirme guapa, ven conmigo. Tengo cocaína y marihuana. Lo pasaremos bien», relató la denunciante.

La adolescente hizo caso omiso y continuó caminando hacia su casa, provocando que el marroquí reaccionara de forma agresiva y comenzara a intimidarla profiriendo todo tipo de insultos y amenazas. «Puta, guarra, ven aquí. Vivo aquí cerca y se donde vives», gritaba el acosador. Acto seguido, la chica apuró el paso comprobando como el hombre la seguía, teniendo que salir corriendo hasta el portal de su casa para refugiarse. El hombre logró darle alcance y comenzó a empujar la puerta para poder entrar, intentando la mujer cerrar la misma hasta que lo consiguió. El acusado se quedó en el exterior e intimidó a la mujer para que se fuera con él, profiriéndole amenazas de muerte.

Los agentes detuvieron al sospechoso por un delito de amenazas de muerte.