El juicio quedó visto para sentencia este viernes tras la declaración de cerca de una docena de profesores del centro, en su mayoría en apoyo de su compañera. Los hechos arrancaron en el otoño de 2019, cuando el acusado comenzó a trabajar como orientador en el mencionado instituto de Educación Secundaria. Ya conocía a la víctima y se reencontró con ella al incorporarse al centro. En una primera conversación le dijo que le parecía muy atractiva y le contó sus problemas con su anterior pareja que le había denunciado por malos tratos psicológicos.
Según las acusaciones, a pesar de que en ese mismo momento su compañera le dejó claro que no tenía ningún interés por él, comenzó a enviarle mensajes, correos electrónicos y cartas. La denunciante requirió en varias ocasiones al acusado para que cesara toda comunicación con ella y se sentía intranquila e incómoda por la situación. En total se produjeron nueve comunicaciones diferentes del acusado a la denunciante, en la mayor parte reitera su interés por ella.
Insistencia
En una ocasión era para decirle que le había dejado dos discos compactos como regalo, uno de ellos de la banda Cigarrettes after Sex. La respuesta reiterada de la víctima era pedir que la dejara en paz y que cesara toda comunicación. De hecho, el 29 de junio de 2020, la mujer fue con dos de sus compañeras al despacho del acusado para instarle una vez más a que la dejara. La situación se mantuvo hasta noviembre de 2020, cuando, tras una nueva carta, la víctima acudió a denunciar lo ocurrido y el acusado fue detenido por la Policía Nacional. En paralelo al procedimiento penal, la afectada denunció los hechos ante el centro y la Conselleria d'Educació.