La acusada en el juicio en la Audiencia Provincial.  | Alejandro Sepúlveda

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Una mujer convenció a su tío, de 77 años y que sufría un deterioro cognitivo, para que se trasladara de Madrid a Cala Pi para cuidarlo. El hombre le hizo caso y acabó estafado. Su sobrina se quedó 103.000 euros. La acusada fue condenada este martes en la Audiencia de Palma a un año de cárcel y a una multa de 540 euros por un delito continuado de estafa. El tribunal de la Sección Primera tuvo en cuenta la circunstancia atenuante de dilaciones indebidas como muy cualificada. La causa ha estado paralizada siete años desde su imputación hasta la celebración del juicio. Las juezas acordaron la suspensión de la pena de prisión por un plazo de dos años. La perjudicada, heredera de la víctima, ha renunciado a las acciones civiles que le corresponden.

Los hechos se remontan al año 2007. La acusada, española de 53 años, era «plenamente conocedora», según la Fiscalía, del deterioro cognitivo de su tío y de los pocos conocimientos que tenía sobre la repercusión de los actos que pudieran afectar a su patrimonio. La mujer le hizo creer que se encargaría de su atención personal y le convenció para otorgar ante notario en Alcúdia, en 2008, un piso a su favor en Coslada así como una finca en Madrid.

La procesada consiguió que su tío la autorizase en dos cuentas bancarias a través de las cuales hizo ingresos a su favor. La mujer cargó en las cuentas de su tío facturas de teléfono, cuotas del gimnasio al que acudía y múltiples disposiciones de dinero en efectivo y otros cargos.