E n la caja de cereales Fibra Flakes Choco no sólo había 500 gramos de copos de avena y virutas de chocolate. La Policía Nacional encontró dos bolsas transparentes, del tamaño de un puño, con 1.000 pastillas de éxtasis de color naranja y en forma de nube. El joven que llevaba la caja fue detenido tras salir corriendo al ver a los agentes en la calle Esperança de Manacor la tarde del 24 de abril de 2020, en pleno estado de alarma. Iba con un amigo que portaba una riñonera azul con 650 euros en el interior y que también fue arrestado. Durante el control montado en una de las principales arterias de la ciudad, los policías observaron a dos personas, un hombre y una mujer a bordo de un vehículo, y les pidieron que justificaran su desplazamiento.
No dieron ninguna explicación coherente y fueron sancionados por incumplir el estado de alarma. A continuación, los agentes registraron el coche, un Audi A1, y encontraron un pastillero con 18 comprimidos de éxtasis, un cogollo de marihuana y trozos de hachís en el interior de una zapatilla que el hombre guardaba en una maleta. Los funcionarios policiales también realizaron un cacheo superficial a ambos. La chica manifestó de forma espontánea que tenía una gomaespuma en la parte interna del sujetador, pero que no llevaba nada de droga, solo era para dar más volumen al pecho. La caja de cereales con 1.000 comprimidos de éxtasis sirvió a los policías para tirar del hilo y abrir una investigación contra una organización formada por 11 personas que se dedicaban a la introducción de sustancias estupefacientes en Mallorca desde Barcelona.
Los dos detenidos, según constató la Policía Judicial, eran los encargados de adquirir o supervisar la fabricación de la droga. La Fiscalía reclama una condena de 10 años de cárcel y 75.000 euros de multa para cada uno de los 11 procesados, ocho hombres y tres mujeres, que serán juzgados en los próximos meses en la Audiencia. El Ministerio Público recoge en su escrito que traficaron con anfetaminas entre abril de 2020 y el 7 de octubre de 2021. Los encausados también se dedicaron al cultivo de plantas de marihuana que posteriormente secaban, preparaban y distribuían entre otras personas. Para ello, según la versión de la acusación pública, constituyeron una estructura «estable» a lo largo del tiempo y cada uno de sus integrantes asumía un rol diferenciado.
Uno de ellos viajaba a menudo en barco a Barcelona para adquirir la anfetamina y regresaba a Mallorca con la droga. Desde su casa de Alcúdia, junto con un compañero, la distribuía entre otros miembros del grupo que se encargaban de transportarla a Manacor. Una pareja financiaba la adquisición de la sustancia mediante transferencias al hombre que la compraba en Barcelona y luego la vendían en la Isla. Unos días antes del 7 de octubre de 2020, agentes de la Policía Nacional interceptaron en el puerto de la Ciudad Condal a uno de los narcotraficantes con 400 gramos de anfetamina que pensaba transportar a Mallorca.
En el domicilio del hombre que llevaba la caja de cereales con mil pastillas de éxtasis los agentes hallaron más anfetaminas y cogollos de marihuana, así como básculas de precisión, una envasadora de vacío y una pistola táser. Los efectos intervenidos procedían de la venta de sustancias estupefacientes con forma de nube naranja que camuflaba entre copos de avena y virutas de chocolate. Éxtasis y cereales.
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