Controles, redadas, vigilancias y, muy especialmente, recuperar el principio de autoridad en Manacor es el objetivo de los efectivos de refuerzo llegados de la Península. | DIMITAR H. MITEV

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Manacor se ha convertido en una auténtica fortaleza policial. Desde principios del mes de junio, con motivo de la ‘operación Verano' y por primera vez en la historia, la capital del Llevant mallorquín cuenta con unidades de élite patrullando por sus calles. El denominado refuerzo de verano blinda a cal y canto la ciudad multiplicando el número de controles, redadas, operaciones contra el tráfico de droga e imponiendo el conocido como «principio de autoridad».

La comisaría de Policía Nacional de Manacor es una de las más extensas en litoral de todo el territorio nacional. Por ese motivo, en época estival y especialmente en la zona de costa, el número de visitantes se multiplica exponencialmente y, con ello, los problemas asociados al turismo. Un equipo de Ultima Hora se empotra en uno de los furgones de la UPR (Unidad de Prevención y Reacción). Al frente del mismo está la inspectora Inmaculada Hidalgo, aunque todo el mundo la conoce como Macu. Es todo un referente en el cuerpo. Motera, fue integrante durante muchos años de la UIP (Unidad de Intervención Policial) y gran conocedora de la Isla, en buena parte, gracias a sus veranos en Mallorca protegiendo a la Familia Real. Protagonista de infinidad de reportajes en televisiones nacionales, se convierte en una guía de excepción en nuestra jornada policial. «La UPR es una unidad muy polivalente. Nosotros llegamos desde Valencia y hemos destinado en Manacor a un subgrupo formado por doce agentes y un equipo de mando. Nuestra misión es muy clara: hay que recuperar el principio de autoridad en el municipio, velar por la seguridad ciudadana y poner fin a la ola delincuencia de la zona», comenta la inspectora. En su pecho, en el chaleco, luce el emblema de la unidad ‘Delta', uno de los grupos de motos más antiguos de España integrantes de la UPR. En la ciudad de las perlas, debido a su gran extensión entre los núcleos del municipio, los agentes de refuerzo se mueven en furgones y varias motos de gran cilindrada (Unidad de Rayos).

En los meses estivales, Manacor recibe un refuerzo de grupos de élite de la Policía Nacional para velar por la seguridad ciudadana y apoyar la investigación.

«En la Policía Nacional somos muy conscientes de que en los últimos años, debido a las bajas de la plantilla y por la idiosincrasia de la comisaría y su gran territorio que debemos cubrir, se había relajado el principio de autoridad. Por ese motivo, nuestro trabajo principal es recuperarlo y colaborar con nuestros compañeros en las labores policiales del día a día», añade Inmaculada. Comienza la noche y el equipo de refuerzo se pone en marcha. En cuestión de segundos montan un control donde participan 15 agentes en una de las vías de acceso a Porto Cristo. Uno de los vehículos camuflados detecta a un turismo tratando de eludir el control y le dan el alto. El conductor, que circulaba bastante perjudicado, tenía problemas para detener el vehículo y tuvo que entrar un policía dentro del habitáculo para quitarle las llaves. Al salir, dando tumbos, reconoció que había «bebido algo».

Tras cuadriplicar la tasa de alcohol permitida, se llamó a Policía Local y acabó detenido. La noche seguía. En menos de dos horas, más de una decena de actas por consumo o tenencia de drogas, inspecciones en locales y nuevos dispositivos de control. «Los ciudadanos nos agradecen el trabajo, nos felicitan y quieren que ‘limpiemos' la ciudad de delincuentes. Tengan por seguro que estamos aquí para eso», concluye Inmaculada. El reloj marca las 00.30 horas y nos dirigimos a Porto Cristo al Carreró, una de las principales zonas de ocio juvenil y donde más droga puede llegar a moverse, incluso en plena calle. Por ese motivo, en la entrada del puerto, nuevos controles sorpresa para detectar la entrada de los ‘camellos'. Tres furgones y varios coches acceden al Carreró y supervisan una fiesta de estudiantes. Los chicos, sorprendidos por el despliegue, no dudan en preguntar a los periodistas: «¿Cuándo se marchan estos policías del verano?».