Sa Pobla lleva años padeciendo los ataques de los grafiteros.

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Tienen algo más de 40 años, son pareja, vecinos de la localidad de Inca y de familia adinerada. Este es el perfil o radiografía de los dos imputados acusados de pintar más de 300 grafitis en ocho pueblos diferentes de Mallorca. Agentes de las policías locales de Inca y sa Pobla, junto con la Guardia Civil, han esclarecido la autoría de centenares de pintadas, muchas de ellas en edificios y fachadas protegidas.

Desde hace tiempo, las diferentes policías estaban investigando las pintadas que iban apareciendo en sus diferentes municipios. Gracias al trabajo y coordinación conjunta entre los diferentes cuerpos policiales y la Benemérita, se tiene constancia de que han aparecido pintadas atribuidas a la pareja imputada en un total de trece municipios. Pollença, Alcúdia, Sineu, Selva, Binissalem, Consell, Muro, Lloseta, Santa Maria, Palma, Marratxí, Inca y sa Pobla.

Los jefes de las policías locales de Inca y sa Pobla junto a otros compañeros.

Inca y sa Pobla

Según fuentes oficiales, sólo en Inca y sa Pobla, se han contabilizado más de 270 grafitis y pintadas en edificios municipales y en 310 inmuebles privados. Estas pintadas también han afectado a edificios catalogados como patrimonio histórico cultural, por lo que se agrava dichos hechos delictivos en el Código Penal. La localización de la citada pareja ha sido muy complicada dado que eran muy escurridizos y tomaban grandes medidas de seguridad para no ser detectados. Además, sus ‘trabajos' no eran regulares y entre una remesa y otra dejaban pasar el tiempo. De hecho, se tuvo constancia de que podía tratarse de los mismos autores al levantarse el confinamiento por la COVID-19. En ese momento, se dispararon las pintadas de nuevo. Los agentes responsables del caso consiguieron localizar a los presuntos responsables gracias a la grabación de una cámara de seguridad. A partir de ese momento, fueron estirando del hilo hasta poder atribuirle la autoría de más de 300 grafitis. Por su parte, la Guardia Civil trabaja ahora en la recopilación de todas las denuncias de los afectados.

Fotografías de grafitis que constan en el atestado policial.

Se trata de escritos acusatorios por daños, dado que eliminar dichos grafitis en según que superficies es muy complejo y costoso. Además, en algunos casos, las paredes y fachadas se encontraban en propiedades privadas. Esto significa que la pareja no tenía ningún reparo en acceder a casas o fincas para pintar. El caso está en manos del juzgado de Inca y la Fiscalía ya está preparando el correspondiente escrito acusatorio. Por su parte, la pareja en cuestión, conocida en la capital del Raiguer por su alto poder adquisitivo, ya ha puesto su defensa en manos de un prestigioso despacho de abogados.