Mouad El Khouli, en julio de 2019, en la Audiencia Provincial de Palma.    | Alejandro Sepúlveda

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El violador del Badoo cogió unas tijeras en la oficina de la Audiencia Provincial de Palma en la que le leyeron su primera condena y amenazó a los funcionarios en julio de 2019: siete años y medio de cárcel y 25.000 euros de indemnización por violar a una joven que conoció a través de la red social.

Mouad El Khouli ha conseguido una nueva rebaja por la ley del ‘solo sí es sí' en otra condena. Un tribunal de la Sección Segunda que le impuso siete años y medio de prisión por la agresión sexual fija ahora la pena en seis. Los jueces entienden que el castigo debe disminuirse debido a que la sentencia inicial incluía una atenuante y, por tanto, ahora la pena que correspondería es de seis años.

«Aún cuando la pena de siete años y seis meses es posible con la nueva redacción del Código Penal, debe valorarse que, en la sentencia el Tribunal se decantó por imponer la pena en la forma señalada y no hay motivos que nos lleven a cambiar el criterio ahora», indica la Sala en el fallo.

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Es la segunda rebaja que el acusado logra en apenas un mes tras la entrada en vigor de la nueva norma. Mouad ya se benefició de la aplicación de la nueva ley con una condena anterior de nueve años de cárcel que quedó en ocho. El acusado ha conseguido ahorrarse dos años y medio de prisión gracias a la ley del ‘sólo sí es sí' y ahora deberá cumplir 14 por dos violaciones a sendas jóvenes en Palma en lugar de los 16 y medio iniciales. La primera agresión sexual que cometió se produjo en abril de 2015. Mouad El Khouli, marroquí de 32 años, creó un perfil falso en Tinder con la fotografía de otra persona.

Empezó a intercambiar mensajes con una mujer hasta que concertaron una cita en su domicilio de Palma. El hombre le pidió que le recibiera con los ojos tapados por un antifaz y la chica accedió. El hombre se personó en la vivienda y cuando la chica vio que era una persona diferente cerró de inmediato la puerta. El procesado le indicó que la persona que había ido a su casa era un amigo suyo al que había enviado para comprobar que le recibiría en ropa interior y con el antifaz.

A continuación, le pidió que le dejara acceder para hacerle unas fotografías. La víctima aceptó pensando que se trataba del hombre que salía en la foto de la red social, pero se trataba de nuevo de Mouad El Khouli. «Me empujó al abrirle la puerta y me dijo que iba a hacer conmigo lo que quisiera», declaró la víctima en el juicio. El acusado aseguró que nunca ha tenido Tinder y que estaba preso «por una sentencia injusta». La segunda violación ocurrió en junio de 2015 y fue idéntica a la anterior, pero en esta ocasión conoció a su víctima a través de Badoo. El hombre creó un perfil falso para engañar a la perjudicada y la forzó en su casa.