El acusado, sentado durante el juicio. | Europa Press

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El abuelo acusado de abusar sexualmente de su nieta, quien tenía cuatro años en el momento de los supuestos abusos (2016), ha negado haber cometido los hechos y ha asegurado que «todo es una mentira de la madre para cobrar la pensión». La Sección Primera de la Audiencia Provincial de Baleares ha celebrado este lunes la primera sesión del juicio contra el varón, que continuará este martes. Durante la vista, a preguntas de la fiscal, el acusado ha recordado que su hijo y su mujer estaban separados por aquel entonces y acordaron la custodia compartida.

Así, según ha contado al Tribunal, la niña vivía «una semana con uno y una semana con otro» y, cuando coincidía la semana en la que su hijo estaba con la pequeña, era habitual que fueran a comer a su casa, es decir, a casa de los abuelos, porque el padre trabajaba.

En este contexto, ha señalado que «alguna vez» la niña se quedaba a dormir en casa, pero «nunca en la vida» se quedaba solo con ella. «En la cama, con la niña, nunca he estado solo», ha insistido. Con todo, el Ministerio Público ha hecho referencia a una declaración de la menor, en la que manifestó que su abuelo le tocó en la vagina en múltiples ocasiones.

«Creo que es la madre, una mentira de la madre para cobrar la pensión de mi hijo o cargarme el muerto. Creo que la niña nunca le ha dicho eso a su madre», ha respondido el abuelo.

Además, ha afirmado que la pequeña sufría «siempre» rojeces en los genitales, pero era la madre de la misma la que se encargaba de llevarla al pediatra, porque «justamente la semana que estaba con nosotros, la niña estaba bien», ha cuestionado.

Piden seis años de cárcel para el hombre

Fiscalía pide seis años de cárcel para el hombre. Según el escrito, durante el mes de diciembre de 2016 el procesado realizó tocamientos a la menor en un domicilio ubicado en la carretera de Palma-Lloseta, aprovechando los momentos en los que se quedaba a solas con la niña.

Como consecuencia, la víctima sufrió lesiones físicas y malestares emocionales, así como episodios de ansiedad, terrores nocturnos e incontinencias.

El juzgado de Instrucción número 1 de Inca dictó el 30 de diciembre de 2016 un auto por el que se prohibió al encausado acercarse a menos de 300 metros de la perjudicada.

El Ministerio Público pide para el varón, además de la pena de cárcel, la prohibición de comunicarse o acercarse a la víctima durante un periodo de diez años y la medida de libertad vigilada durante cinco años, así como la inhabilitación especial para cualquier profesión que conlleve contacto con menores por un tiempo de también cinco años.

Fiscalía solicita asimismo que el abuelo indemnice en la cantidad de 400 euros a la víctima por las lesiones sufridas, y con 10.000 euros por los daños morales causados.