Las jaulas flotantes están instaladas a unos doscientos metros del centro de investigación. | Michel's

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Se llevaron más de 140 kilos de lubina. Un duro golpe para el Laboratori d’Investigacions Marines del Port d’Andratx. A principios de esta semana 40 lubinas que formaban parte de un proyecto de tesis doctoral fueron robadas de las jaulas flotantes del centro. Los ejemplares pesaban entre tres y cuatro kilogramos cada uno y medían unos 65 centímetros de longitud. Los hechos han sido denunciados a la Guardia Civil.

Los investigadores del centro se percataron del robo de los pescados durante una revisión de las jaulas que tienen instaladas en la bahía del puerto, a unos doscientos metros de las instalaciones principales. La cantidad total de lubinas con las que contaban había disminuido notablemente. Tras hacer algunas comprobaciones pudieron verificar que de las 70 lubinas que tenían solo quedaban 30. Alguien se había llevado más de 40 ejemplares.

Algunos pescadores habituales de la zona, al ser preguntados por este periódico, se han mostrado realmente sorprendidos por este robo: «Acabo de escucharlo, no lo sabía. Para sacar pescado de allí no es llegar y sacar. Tantas lubinas y de este peso... Acceder allí no es fácil y hay que ir en barco. Yo creo que igual han tenido que calar una red en el interior de las jaulas», explica Eric, un pescador local.

Eric, un pescador local, atiende a este periódico tras finalizar una jornada de pesca de bogavante.

Por su parte, la Conselleria d’Agricultura, Pesca i Alimentació, de la cual depende este centro de investigación, a través de su responsable de prensa ha querido aclarar que las lubinas robadas no han sido sometidas a ningún tipo de tratamiento que pueda afectar a las personas en caso de consumirlas. También ha matizado que estos ejemplares, que estaban siendo alimentados con pienso comercial, formaban parte de un proyecto de tesis doctoral que tenía como objetivo estudiar y monotorizar la actividad del pescado en cuestión.

Aunque por el momento se desconoce la finalidad del robo, todo apunta a que esta gran cantidad de pescado podría tener como objetivo final su venta. Un planteamiento que los profesionales que tratan con este género consideran improbable en la zona: «Cuando compras pescado tienen que venir con la factura y un certificado. Aquí viene uno con una caja de lubinas y yo ni loco se la puedo comprar. Se me cae el pelo. No creo que nadie de por aquí se arriesgue a eso», explica el cocinero de un popular restaurante del puerto.

El gran tamaño de los ejemplares robados, opina la encargado de otro restaurante, es algo que también llama la atención: «Hoy tenemos unas lubinas de un poco más de un kilo pero porque viene un grupo grande a cenar y lo han pedido. Máximo hemos tenido de dos kilos y medio. Pero esos tamaños no son muy normales. En verano hay mucha más demanda y siempre viene algún buceador que intenta venderte algo. Nosotros nunca compramos y llevo diez años aquí. Eso es un marrón, no sabes de donde viene ese pescado. Se te intoxica alguien y tienes un buen problema». Otro factor que parece que va a complicar la salida final en caso de posible venta es la calidad de estos ejemplares criados con pienso: «Yo no sé quien va a comprar eso, dudo que algún restaurante lo quiera», manifiesta la misma responsable.

De momento el ladrón de las lubinas y la finalidad de las mismas es todo un misterio. Lo que parece claro es que el ladrón no terminó de entender bien el dicho de ‘el que quiera peces que se moje el culo’.