El artilugio utilizado para grabar a las mujeres.

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Una joven que vivía de alquiler detectó un extraño artilugio en el baño y se lo comentó al propietario de la casa situada en Palma. El hombre le respondió que era un repetidor wifi para mejorar la calidad de la señal de toda la vivienda, pero la explicación no convenció a la chica, que se lo contó a otra compañera de piso.

Esta mujer compartía uno de los ordenadores con el acusado y encontró unas grabaciones registradas meses atrás en el mismo lavabo. En las imágenes aparecía una mujer que había vivido en ese domicilio alquilando una de las habitaciones. El dueño del piso había sido delatado.

La Fiscalía reclama ahora una condena de 24 años de cárcel para el hombre, de nacionalidad portuguesa, y la misma pena para otra mujer, de origen boliviano, por grabar con cámara oculta a cuatro inquilinas de sus pisos en el baño y en sus habitaciones. La acusación pública pide que indemnicen a las víctimas con 24.000 euros por los daños morales y las secuelas. Ambos serán juzgados próximamente.

Los hechos se produjeron entre los años 2019 y 2021. Los dos acusados aprovecharon que compartían piso con otras personas a las que subarrendaban habitaciones en dos casas de la plaza Jorge Luis Borges y en la calle Isidoro Antillón de Palma para instalar cámaras ocultas. La Policía Nacional recuperó en total 433 archivos de grabaciones realizadas en los baños y en las habitaciones.