Los dos procesados, este jueves, durante la segunda sesión del juicio por la liposucción mortal. | Alejandro Sepúlveda

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El perito propuesto por una de las defensas ha declarado este jueves en la segunda sesión del juicio por la liposucción mortal de Fátima Cherkaoui que «fue una muerte accidental» y ha defendido la actuación de los dos médicos acusados de homicidio imprudente. «La complicación que tuvo la víctima, la embolia grasa, es algo impredecible y tiene una mortalidad muy alta», ha sostenido. El testigo, que es médico especialista en cirugía plástica con más de 40 años de experiencia, ha explicado a través de videoconferencia que el «el diagnóstico fue bueno, el preoperatorio correcto y la paciente fue debidamente informada de los riesgos. Y además la técnica utilizada en la operación es la que hacemos todos», ha dicho.

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El doctor también se ha referido, a preguntas del abogado del cirujano imputado, Jaime Campaner, que la hemorragia que sufrió la víctima no fue «masiva» por una mala decisión durante la operación, sino por la «embolia grasa». Cuestionado de por qué no se decidió taponar la fuga de sangre con una faja ha insistido que «no se puso porque entró en parada cardiorrespiratoria y había que reanimarla. Es el protocolo a seguir», ha asegurado.

Los dos imputados defendieron este miércoles, en la primera sesión del juicio, su actuación durante la intervención. El cirujano afirmó que «no se hizo nada diferente a lo que había hecho en las centenares de operaciones que he realizado en mi carrera», explicó. El anestesista, por su parte, relató que la cantidad de klein suministrada a la víctima fue la correcta, algo que también ha defendido el perito. Ambos procesados se enfrentan a tres años de cárcel por un delito de homicidio imprudente. También se les pide que indemnicen a los dos hijos de la víctima con 240.000 euros.