En un principio el Ministerio Fiscal solicitaba para el acusado 12 años de cárcel por estos hechos pero las partes involucradas han alcanzado un acuerdo antes del inicio del juicio. Un acuerdo de conformidad que ha supuesto una rebaja de la condena. «Me siento culpable y pido perdón a todos. Había bebido mucho alcohol y me pongo muy nervioso cuando bebo», ha dicho el joven después de reconocer lo ocurrido.
Una confesión que ha llegado después de un breve receso de la vista. A pesar de que la acusación particular, ejercida por el letrado Eduardo Luna, había llegado a un acuerdo con la defensa y la fiscalía, el acusado ha empezado el interrogatorio explicando que todo pasó a la salida de la discoteca pero que no recordaba casi nada. Un relato en el que no reconocía los hechos tal y como se había fijado en el pacto. Sin embargo, tras volver a hablar con su abogada durante el parón, el procesado ha reconocido que le atacó con una botella rota: «Cogí una botella durante la pelea que ya estaba rota, me vi sangre y la usé contra él».
Por su parte, la víctima ha explicado que la agresión fue sin un motivo aparente. Que él estaba allí por un tema de «negocios» y que declinó tomar algo con un grupito en el cual se encontraba el procesado. Además, ha asegurado que los problemas de visión en el ojo le han causado, entre otras cosas, problemas laborales: «Ahora mismo me pones un palo aquí delante y me choco con él». Varios forenses han ratificado los informes de lesiones durante el juicio. En el pacto, se ha considerado el consumo de alcohol como un atenuante.
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"Agredir" amb una botella trencada, no és "agredir", és tentativa d'homicidi. No em fotis, home.