El Obispado manifiesta su voluntad de colaborar con la justicia.

TW
2

El Obispado de Mallorca pide perdón a la mujer que denunció haber sufrido abusos sexuales por parte de un sacerdote. A través de un comunicado manifestó: «Su petición de perdón a la vÍctima y su voluntad de seguir apoyándola y acompañándola en su proceso terapéutico, espiritual y económico». La misma afectada también ha denunciado a dos jesuitas por otros casos de abusos, aún pendientes de enjuiciamiento.

Tal y como informó este diario, el decreto dictado por un tribunal eclesiástico descarta los cargos más graves contra el sacerdote y concluye que no existe la certeza de que fuera consciente de la incapacidad de la mujer para consentir las relaciones sexuales con él. Si esta acusacion hubiera prosperado, la consecuencia habría sido la expulsión del estado eclesiástico.

No obstante, el Obispado alude a la penitencia que se le impone dadas sus «conductas impropias» y admite el daño causado a la denunciante. Así, la penitencia impuesta al sacerdote Julià Cifré, le obliga a pedir perdón por carta a la mujer. Además, le exhorta a mantener una vida de «retiro, oración y penitencia». Durante tres años no podrá celebrar la eucaristía en público más allá de la residencia eclesiástica en la que vive. También se le impide comunicarse con la mujer o con su familia.

El comunicado del Obispado concluye: «Reiteramos nuestra rotunda condena a cualquier tipo de abuso y violencia contra las personas y nuestra firme intención de buscar siempre la verdad. Además, y en línea con nuestro compromiso de transparencia, insistimos en nuestra voluntad de cooperar siempre y plenamente con las autoridades judiciales del Estado para facilitar la investigación judicial en este o cualquier proceso que se tenga que llevar a cabo».