Algunos de los detenidos durante el pase a disposición judicial en los juzgados de Vía Alemania de Palma. | Alejandro Sepúlveda

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A medida que avanza la investigación y con los ánimos algo más calmados, agentes del Cuerpo Nacional de Policía han trasladado al juzgado de guardia a los detenidos acusados de protagonizar una violenta reyerta multitudinaria en la barriada de Pere Garau de Palma. A su llegada, algunos de ellos optaron por taparse la cara ante los medios de comunicación, pero otros no tuvieron ningún reparo incluso en detenerse y posar para los compañeros gráficos.

A las 23:25 horas del pasado sábado, en la calle Francisco Manuel de los Herreros, punto neurálgico de la barriada, tuvo lugar un enfrentamiento entre dos clanes gitanos en los que durante la pelea se esgrimieron cuchillos de grandes dimensiones por ambas partes. Una patrulla de la Policía Local de Palma fue requerida por unos vecinos que informaban que una mujer estaba siendo agredida por un grupo de personas.

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Seis agentes motorizados de la Policía Nacional, junto con agentes de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR), se desplazaron con urgencia hasta el lugar para intentar separar a los dos grupos de contendientes que al ver la fuerte presencia policial desistieron de su actitud violenta y trataron abandonar el lugar. Los agentes consiguieron identificar a numerosas personas que habrían participado en la riña tumultuaria y que se encontraban muy alteradas. Los policías, según las mismas fuentes oficiales, se entrevistaron con los implicados, que les explicaron que los rivales portaban cuchillos. Los agentes inspeccionaron la zona y lograron localizar armas por el suelo e incluso una bolsa llena.

Algunos de los presentes no dudaron en enfrentarse a los policías actuantes. Ante esta situación, la Policía Nacional desplazó desde la Platja de Palma a la UIP (Unidad de Intervención Policial), el refuerzo de verano expertos en contención de masas y orden público quienes marcaron un perímetro de seguridad para evitar nuevos enfrentamientos. Mientras los policías trataban de mediar en la disputa entre ambos clanes han recibido una llamada que alertaba de que en el interior de un Punt de Joc se estaba produciendo una fuerte discusión entre un grupo de personas que hacían uso de armas blancas teniendo que tomar posiciones en el lugar. El propietario del establecimiento, según han comentado las fuentes policiales, decidió cerrar el local por motivos de seguridad.