El informe de la defensa de Penalva y Subirán

Se levanta la sesión hasta mañana a las nueve. Horrach no ha terminado su informe y faltan dos defensas más por informar, la de Blanca Ruiz y la de Iván Bandera. Después, los acusados tendrán el turno de última palabra.

Sigue Horrach con que Blanco tenía la convicción de la culpabilidad de la madre de Gijón.

Señala Horrach que también se discriminó antes de las detenciones la posible participación de cada uno de los investigados.

Alude a autos de la Audiencia que también valoraban las irregularidades que ponía encima de la mesa el informe del subisnpector.

«Cada uno es responsable de sus actos y que asuma sus consecuencias», señala sobre el uso posterior de Fiscalía de los indicios que Blanco puso sobre la mesa. Señala que fue empleado en informes posteriores por Carrau. «Si alguna virtud tiene el señor Blanco es un sentido de la justicia muy elevado».

Señala Horrach que en Balears, no hay un cuerpo policial especializado en corrupción. «Se trabaja con lo que se tiene».

Es la principal discrepancia entre las defensas. Penalva y Subirán rechazan cualquier responsabilidad en esas detenciones. Ahora, la defensa de Blanco señala que revisaron un borrador.

«Una vez concluída la investigación, el Grupo de Blanqueo hizo un borrador de informe para someterlo a la consideración del juez, el fiscal y el resto de policías, que incorporaba las personas que iban a ser objeto de detención», dice Horrach.

Alude a la declaración que hizo Aurora Jhardi ante Blanco. «Lógico es que los investigadores policiales estén en la confianza de estar en datos ciertos y contrastados».

Señala que Blanco inició la investigación después de que el tesigo protegido 19 declarara ante el juez Penalva y dos fiscales y que estos le encargaron la causa y ya hicieron el juicio de credibilidad pertinente. «Cuando la declaración del testigo llega a Blanqueo es porque se la ha remitido la autoridad judicial».

Horrach aborda ahora el 'caso ORA'. Defiende las investigaciones del subinspector Blanco.

Sigue Horrach con otra cuestión previa. Alude a que Iván Bandera había borrado el chat Sancus de su móvil y que fue recuperado con un programa. «La actividad policial ha sobrepasado los términos del consentimiento que se otorgó».

Horrach introduce ahora otra petición de nulidad. En este caso por la intervención del móvil de Iván Bandera sin habilitación judicial.

Sostiene que el auto del juez Miquel Florit que ampliaba el objeto del procedimiento tras el hallazgo de los wasap no permitía a la policía detener a Blanco.

Horrach argumenta que la detención policial de Miguel Ángel Blanco fue nula porque no tenía respaldo judicial.

Horrach analiza los chats y señala que, si son nulos para las revelaciones de secretos, deben ser nulos para todo porque no se pueden distinguir unos mensajes de los otros. «Atañe a todos los hechos delictivos».

«¿Cómo se atreven a calificar estos rumores de salón de indicios y a calificar como basura los indicios del 'caso ORA'?»

Afirma Horrach que las acusaciones tienen el sesgo de tomarse el chat al pie de la letra. «Olvidan que es un chat privado y que las opiniones no delinquen. Al hombre se le castiga por lo que hace, no por lo que es». Admite que el contenido es desafortunado.

«Lo que ha acaecido en este acto, lo que las acusaciones no ven, es que todas las acusaciones de este caso están pervertidas por un sesgo. El chat Sancus no solo fue sacado de contexto sino que fue la guía de la investigación», dice Horrach.

Horrach destaca que Blanco colaboró durante meses con la investigación de la revelación de secretos.

«Los sesgos funcionan en ambas direcciones. La falta de individualización de cada conducta delictiva en las conductas que se imputan a Miguel Ángel Blanco».

Horrach arranca por las filtraciones y habla de «debilidad probatoria». «Si lo comparamos con lo que el fiscal proclama en el 'caso ORA'», continúa.

Es el turno de Pedro Horrach, que defiende al subinspector Miguel Ángel Blanco. «¿Cuándo, cómo y de qué forma ha facilitado información reservada a la prensa?»

Insiste en que, por encima de Reguera había otros superiores que también autorizaron las operaciones del 'caso ORA'.

Recuerda que en Blanqueo había más policías y el único acusado que no estaba en los chats es García Reguera.

El abogado niega que revelara secretos y dice que ha sido acusado cuando no aparece en ningún sitio. «¿En qué hecho está García Reguera?» No formaba parte de los chats.

Sobre las filtraciones de causas bajo secreto, señala que no llegan a ser delito porque no pusieron en peligro la investigación policial o judicial.

Martín Olmos cita el auto del presidente del TSJIB, Carlos Gómez, que archivó la causa. Sostiene que no es posible acusarles de detención ilegal porque existía una causa por delito.

El abogado defiende la labor del inspector y un informe de 700 páginas que elaboró. «Faltan más de 2.500 páginas en documentos».

Explica que, de todos los testigos que han comparecido en el juicio, solo 22 han hablado de él y la mayoría, o no le conocían o han dicho que su trato fue correcto.

Se retoma la vista con la intervención del abogado Álvaro Martín Olmo en representación del jefe del Grupo de Blanqueo. «Todo lo que se le imputa al señor Reguera es atípico y carece de relevancia penal». Ha sido el acusado del que menos se ha hablado en todo el juicio, de largo.

Se suspende la sesión hasta las cinco.

"Aquí ha pasado el vaciamiento absoluto de estas causas, del IME y la ORA para servir de palanca y ayuda en la causa Cursach. Las acusaciones particulares fueron restringidas legalmente en su legitimación. El grueso de acusaciones se adhieren al MInisterio Público. Antes de empezar, el Ministerio Público retira pruebas y retira acusaciones. Palma tiene que saber lo que ha pasado en esa causa.

Están todas las grabaciones que se negó al pueblo de Palma poder escuchar. Salieron al rescate. Esta causa era necesaria para vaciar aquello y esto es lo que ha pasado. Lo que hay en las acusaciones es odio, toda su actuación está fundamentada en el odio en estado puro".

«El autor de las noticias dicen que no eran su fuente, pero puede mentir. Habría que deducirle testimonio».

Repasa la declaración del periodista y su explicación para cada noticia.

Barinaga se basa en la declaración de un periodista en el juicio para intentar exculpar a sus clientes. También afirma que otras se han publicado en Última Hora.

«No digo que sea del juzgado, pero se trabaja en red, puede ser cualquiera del juzgado», dice sobre la imputación por las filtraciones. «También en policía se trabaja en red. Fíjense si hay posibilidad de autores».

Niega también que Penalva cometiera un delito por no investigarlo y que la mayor parte de las denuncias por filtraciones eran posteriores a la recusación de Penalva.

«Las filtraciones se caracterizan por una absoluta falta de individualización».

«La posición de Pedro Torres no cuadra nada». En este caso, denuncia que quedó en libertad tras una oferta de Subirán para implicar a Rodríguez.

Vuelta a Carrau: "El hacer del señor Carrau en esta causa tiene ciertos puntos de opacidad. Hay oscuridad. Es el que informa para que se vulneren derechos fundamentales, es el adscrito a la causa al inicio. Nunca me ha pasado nunca un fiscal en una causa que luego sea testigo. Viene a declarar y lo primero que dice es que le he presentado denuncias. Yo creo que una denuncia mía no he hecho, las que he podido presentar han sido al hilo de esta causa en la Fiscalía y por los intereses de mi cliente. No tengo ningún problema con el señor Carrau, le conozco mucho y debo convenir que gran parte de la aureola del señor Carrau se la debe a este letrado. El tema Son Oms es mío". En Son Oms, Barinaga representó a un denunciante inicial, el empresario Ochando.

Acusa también de mentir al comisario Estarellas y a su mujer, que afirmaron que Penalva le ofreció ser exculpado si declaraba contra Gijón y Rodríguez.

Habla de «conversaciones de Palermo».

Acusa, de nuevo a Herranz, de ocultar grabaciones en el juicio del 'caso Cursach'.

Sobre las advertencias de Penalva de pasar a testigo o imputado en función de lo que se declarase: "No dejan de ser comentarios después de la declaración y conversaciones casi paternales".

«Es normal esa vivencia de sufrimiento» en una declaración judicial, añade Barinaga que cita una sentencia que existe una presión en toda declaración judicial.

Sigue Barinaga: "Pero hay algo más, hay un interés espúreo que respeto. Estos señores, cuando les llaman para inventarse estas mentiras estaban imputados. Necesitaban esa palanca y se montó esta trama".

Dice que no denunciaron esas presiones hasta que fueron llamados a declarar por la Policía Nacional.

Sobre la supuesta presión a un testigo en la Jefatura policial, dice: "«Este señor acudió a comisaría y toda situación de prestar declaración implica una vivencia complicada. Si a esto además se une el carácter más o menos resistente a situaciones de presión, la vivencia de sufrimiento es mayor».

Justifica Barinaga que había funcionarios en las declaraciones y que niegan las coacciones. "Prueba de cargo, ninguna. Necesitamos que se diga que hemos acreditado lo contrario. Había una funcionaria en esas declaraciones y todas ellas fueron sinceras".

Critica que en la instrucción no se realizaran diligencias sobre algunos de los hechos por los que ahora se acusa por coacciones. Comienza por el testigo protegido 28, que afirmó que su declaración fue manipulada por Subirán.

Se retoma la sesión. Barinaga entre ahora en el tercer bloque de acusaciones, las que tienen que ver con las coacciones a testigos e imputados.

El tribunal hace un receso de quince minutos, aún tiene que terminar de informar Barinaga y, aparentemente le queda un buen rato.

Justifica que se tomaron muchas declaraciones durante las prisiones preventivas. Al empresario Antoni Roig le tilda. «Es el del vino, el del queso y los viajes».

Sostiene que existía un riesgo de alteración de pruebas y que tocaran a testigos. «Se materializó el riesgo».

Justifica la prisión preventiva del funcionario Miguel Femenía en base a que, más tarde, fue ratificada en un auto de la Audiencia Provincial.

Sostiene que la detención de los padres y el hermano de Gijón fueron «suaves».

"No hay datos bancarios del señor Gijón porque el señor Herranz vació el 'caso ORA'", insiste Barinaga.

Sostiene ahora Barinaga que existía una mecánica de cuentas y sociedades en la familia de Gijón que sugería indicios para investigar.

Sobre la detención de los padres de Gijón afirma. «Es todo cosa de Carrau».

Afirma de Herranz, «qué maldad». «Hay que tener cierto decoro con que fiscal viene a un procedimiento. Yo creo que es prevaricar».

"Cuando empieza todo esto y los instructores policiales urden el plan, el tema de la ORA queda paralizado. Ahí se queda bajo la supervisión del señor Carrau y no se hace nada en dos años. El señor Subirán presenta una queja en la Fiscalía en Madrid contra el señor Carrau. El tema de la ORA se muere, lo dejan muerto porque interesa vaciarlo y no se instruye".

Mantiene Barinaga que sí había motivos para una causa en torno al 'caso ORA'. "Saben que se les cae con la jurisprudencia porque sí hay causa. Era necesario investigar, no era una decisión alocada".

"¿Por qué detengo a todos? Porque necesito poder contrastar esos datos sin interferencias. Es lo habitual y lo normal en este tipo de delitos."

"Lo declararon aunque ahora se desdigan. ¿Por qué se desdicen? Porque el señor Femenía era amo y señor del Ajuntament y comienza a trabajar cuando sale de prisión". Fíjese lo justificado que estaba la prisión porque toca los testigos.

Insiste en que sí existían indicios en el 'caso ORA'. Defiende los mismos que constaban en el informe de Blanqueo.

Insiste Barinaga en que había indicios para abrir la investigación. «Lo han reconocido todos menos el señor Herranz que está solo».

"Faltan muchos datos en la causa porque estuvo parada dos años cuando intervenía el señor Carrau. No se instruyó la causa ora porque no interesaba", dice Barinaga.

Sobre las detenciones: "El señor Santafé las conoce y el señor Carrau. Me refiero a él porque hay que entender la actuación y es difícil saber que mis representantes estén aquí y no lo esté el señor Carrau. Si no hay delito, yo no ataco al señor Carrau".

"Una detención policial es muy dura y una declaración también lo es. Cuando dicen 'yo me sentí torturado' es un sentimiento, es una viviencia. Una detención no es una fiesta, es duro pero es parte del sistema legal y es necesario a veces".

"Fueron policiales y están bien hechas. No hay ni un solo chat en el que el señor Penalva ordene las detenciones."

Afirma que las detenciones del 'caso ORA' fueron policiales.

"Para nosotros, para mis defendidos, no nos vale. No podemos salir de aquí con una sentencia que diga la prueba es nula porque sabemos que somos inocentes. Entonces habremos perdido aunque seamos absueltos", dice Barinaga.

Habla de las revelaciones de secretos y protesta porque no se individualizara quién había filtrado cada documento. Añade que él denunció filtraciones durante esta instrucción y acusa a los fiscales de no haberlo investigado. «Según su criterio ha cometido un delito de omisión».

Barinaga insiste en la existencia de irregularidades en los informes policiales.

Barinaga: "Había que hundir esa causa para rescatar a otros y para eso había que mentir y violar derechos", dice en alusión a las causas del 'caso Cursach'.

«Mienten en todo», dice sobre los policías.

Barinaga centra sus críticas a los inspectores que investigaron el caso y a la Fiscalía. Las alusiones son constantes y el tono, despectivo. «Montan una película».

"Llegamos a unos informes policiales y esto es un disparate. Se presenta uno, alegamos y se presenta otro para corregirlo. Así diez informes en cascada escuchando a la defensa."

Afirma que la instrucción fue prospectiva. «Esta sí». Las alusiones al fiscal son constantes en la intervención de Barinaga.

Sostiene ahora que los chats fueron alterados y que «no son nada». «La expresión vulgar, soez, la simple ocurrencia, el pensamiento no delinque».

Dice que los chats no son válidos como prueba porque, sostiene, se pueden alterar.

Ahora también cuestiona la entrega del móvil de Blanca Ruiz, que ya estaba destinada en Madrid.

Alude a sentencias del Supremo sobre la necesidad de presencia letrada en una entrega voluntaria.

Barinaga dice que el acta de entrega del móvil fue para vestir el santo: «Primero la violo y luego la visto». «El efecto jurídico es la nulidad absoluta de todo».

Barinaga hace la siguiente comparación sobre la entrega del móvil: «Es como aceptar que una mujer violada está 21 minutos sola con su violador y no se resiste. Es la misma situación».

Sostiene que la entrega del móvil se produjo en «21 minutos de soledad».

Barinaga recuerda que el abogado que asistió a Bandera dijo que estaba abatido. «Fue detenido por sus superiores en un régimen de subordinación y en total soledad».

Sostiene que la detención de Bandera fue «una carrera de vulneración de derechos fundamentales» y que le quitaron el móvil sin que hubiera un abogado delante.

Barinaga sostiene que toda la investigación es nula. Vincula la detención del policía Iván Bandera, del que deriva la intervención del móvil conlos wasap, con los listados de llamados de dos policías. Niega que la entrega del móvil fuera voluntaria y que sea válida.

Barinaga comienza su intervención con un reproche al fiscal Herranz por no estar presente. Se encuentra en una vista previa en la Audiencia Provincial por otro caso derivado del 'caso Cursach'.