Francisco ha tenido que dormir en Son Espases. | Alejandro Sepúlveda

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Sin salud, sin comida y sin techo bajo el que acogerse. Así se encuentra Francisco Lorenzo Martínez en estos momentos de su vida. Tras 82 años, se ha topado con el momento más complicado. El rechazo de su familia y su estado de salud frágil le han dibujado un panorama desolador que tiene como escenario la sala de espera del Hospital de Son Espases donde ha pasado diversas noches al no tener un lugar en el que descansar.

Francisco padece demencia de primer grado, cataratas, diabetes y asma que le impiden vivir con normalidad. Además, sufre de las articulaciones y, según comenta su abogado de oficio, no puede moverse con facilidad. El letrado, que se ha hecho cargo de su situación, ha estado buscando un techo en el que se pueda refugiar hasta que se normalice su situación. Además, desde hace un año tiene impuesta una orden de alejamiento con su mujer. Días atrás fue detenido tras incumplir la medida. Francisco Lorenzo vivía estos últimos meses en la vivienda de su hija menor, pero diversas discrepancias entre ellos terminaron con la paciencia de su descendiente, que decidió echarle de casa.

Por el momento, los servicios sociales han emplazado la situación a un período mínimo de seis meses hasta un máximo de un año. En Son Espases ya le han avisado de que no puede quedarse en la sala de espera. Allí, de vez en cuando, le han acompañado otras personas que no tienen techo y aprovechan las noches para dormir entre cuatro paredes.