Tras miles de pruebas e informes, la Policía Judicial de la Guardia Civil ha llegado a una conclusión: el secuestro de Malén fue fortuito y se subió a un vehículo de un conocido de forma voluntaria, aquel fatídico lunes 2 de diciembre de 2013, en Son Ferrer (Magaluf). Los agentes también han diseñado un perfil del principal sospechoso, un hombre que en aquella época tenía entre 30 y 40 años, y ciertos recursos e infraestructura para mantener a la joven retenida en contra de su voluntad en alguna propiedad suya, presumiblemente una finca apartada.
No es, con todo, la única conclusión del monumental sumario del Caso Malén. Ultima Hora desveló en marzo de este año los últimos avances en la investigación. Y que se centraban en el rastreo de 300 vehículos que pasaron por Son Ferrer en los minutos en los que desapareció la adolescente. Allí estaría la clave del caso de la desaparición de Malén Ortiz. La Guardia Civil está rastreando esos vehículos y sus respectivas matrículas porque fueron los que pasaron por el tramo de Son Ferrer, en Magaluf, durante los diez minutos en los que se esfumó la adolescente. Es una tarea titánica. Incluso algunos de los conductores ya han fallecido. Este periódico ha tenido acceso al sumario de la ‘operación Vans' (en referencia a la marca favorita de la joven), que evidencia los errores iniciales de la investigación pero también el posterior e ingente trabajo de la Benemérita.
Se concluye que Malén subió voluntariamente al coche porque nadie vio o escuchó nada y, sobre todo, porque había un coche de la Policía Local de Calvià parado muy cerca, con lo cual se descarta un forcejeo en plena calle. Malén salió de su instituto y tomó un autobús hasta la parada de Los Piratas, en Magaluf. Llevaba un monopatín y una mochila. Llamó desde su teléfono móvil a su mejor amiga y le comentó que se había dejado las llaves de casa, por lo que iría a comer con Dani, su novio de Son Ferrer. A continuación contacta con él, pero el chico está en la cama, enfermo con fiebre, y le cuenta que no se encuentra bien.
Siguen las llamadas y la joven contacta con la secretaria de su padre, a la que le explica que se ha dejado las llaves y ella le recuerda que esa tarde tiene que estar en casa porque irá el fontanero. Se está quedando sin batería en el móvil, y aún vuelve a hablar una segunda vez con su íntima amiga.
Bruno, su hermano, se encuentra en las inmediaciones. De hecho, tras un exhaustivo cálculo de posibilidades, utilizando figurantes y otras técnicas, se concluye que no se toparon por solo treinta segundos. Luego, alguien recogió a Malén. Y nunca más se supo de ella.
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