Un juzgado de lo Penal de Palma condenó este martes a un año y dos meses de prisión a la directora de una escoleta municipal de Santanyí y a seis meses a una auxiliar acusadas de los graves accidentes sufridos por dos bebés en poco más de un año, en los meses de marzo de 2017 y 2018. Uno de los niños sufrió, entre otras lesiones, una fractura craneal y una discapacidad del 36 por ciento tras caerle encima una caja de juguetes en la cabeza.
Las dos procesadas, madre e hija, abonaron antes de la vista 25.000 euros en favor de los padres del menor peor parado. Esto les sirvió para que se le apreciara el atenuante de reparación del daño. El seguro del centro ya indemnizó a los progenitores. Asimismo ambas quedan inhabilitadas para poder trabajar con menores. La responsable del centro durante seis años y la educadora durante dos.
El hecho más grave de los dos tuvo lugar el 24 de marzo de 2018. Un bebé de tan sólo cinco meses, que se encontraba en ese momento a cargo de la auxiliar, sufrió la caída sobre la cabeza de caja de juguetes. Los mismos habían sido elegidos por la directora, sin que fuesen acordes a su edad. Esta última no se encontraba allí en el momento de los hechos, pero ambas quedaron imputadas por un delito de lesiones imprudentes. El menor sufrió, entre otras muchas lesiones, un traumatismo craneoencefálico y una fractura craneal que le obligó a pasar por el quirófano. El duro golpe le provocó una discapacidad del 36 por ciento con retraso psicomotor.
Apenas un año antes, el 21 de marzo de 2017, la Escoleta Municipal de Cala d'Or ya vivió otro grave episodio con un bebé. Esa mañana, sobre las 11.00 horas, un menor de 18 meses quedó colgado del cuello a una cuerda instalada a unos 80 centímetros del suelo en una plataforma de juegos que no estaba homologada. El niño estuvo un rato así y llegó a perder el conocimiento al quedarse sin respiración e ingresó en la UCI, donde estuvo más de una semana. De estos hechos fue culpada únicamente la responsable del centro.
Este martes en una sala de lo Penal de Vía Alemania, ambas, la auxiliar a través de videoconferencia, se declararon culpables de un delito de lesiones por imprudencia grave profesional. La directora por los dos episodios y la trabajadora por uno de ellos. La magistrada, dada la conformidad entre las partes antes de la vista, dictó sentencia en el mismo acto.