El acusado, durante el juicio celebrado el pasado octubre en la Audiencia Provincial. | Alejandro Sepúlveda

TW
13

La Audiencia Provincial ha absuelto a un joven acusado de violar a su exnovia en dos ocasiones en Palma. El tribunal considera que las relaciones que mantuvieron fueron consentidas. Los jueces, sin embargo, han condenado al acusado a medio año de cárcel por malos tratos al considerar que controlaba la ropa que se ponía la víctima, sus relaciones sociales o con quién salía o a dónde podía acudir. El procesado deberá indemnizar a la perjudicada con 4.000 euros por los daños morales.

Los hechos enjuiciados se remontan a 2017, cuando el acusado tenía 16 años y la perjudicada 15. La sentencia recoge que la pareja mantuvo una relación sentimental entre mayo de ese año y principios de 2020. El noviazgo se desarrolló «con multitud de problemas y conflictos motivados por celos, enfados, rupturas y discusiones», según el fallo de la Sección Segunda. Existía una fuerte dependencia emocional entre ambos.

La pareja mantuvo relaciones sexuales desde que comenzaran la relación. Cuando finalizó, la joven acudió una mañana de marzo de 2020 al domicilio de su ex, en Son Roca, y practicaron sexo en la habitación del acusado. «No ha quedado probado que la denunciante manifestara a su ex que no quería mantener relaciones ni que el joven la agarrase y la inmovilizase».

Noticias relacionadas

La sentencia sostiene que durante la práctica totalidad de la relación el enjuiciado ejerció violencia psicológica contra la chica de forma continuada que consistió en menosprecios, vejaciones e insultos. «Creó un clima de violencia, sometimiento y control sobre ella». La víctima sufrió estrés postraumático y crisis de ansiedad que motivó que precisara de tratamiento psicológico desde febrero de 2018 hasta la actualidad.

La denunciante relató en el juicio el pasado octubre en la Audiencia que su ex la forzó. «Yo lo he querido muchísimo, me cuesta tanto estar aquí declarando en su contra... nunca en la vida me lo hubiera imaginado», dijo. La chica, tras explicar el carácter tóxico de su relación, contó cómo ocurrieron las dos agresiones sexuales denunciadas: en marzo y en mayo de 2020.

«Entendemos que de la comparación del testimonio de la denunciante en juicio con la versión que dio a sus allegados en las fechas posteriores a los hechos no puede obtenerse ninguna eficacia reconstructiva, ya que no son similares», indica el tribunal. «Las versiones que ha dado a todos los testigos son diferentes y contradictorias entre sí».

La Fiscalía reclamaba una condena de siete años de cárcel para el enjuiciado, que fue defendido por el abogado Tomeu Vidal, y el letrado de la acusación particular solicitaba una pena de 10 años y medio de prisión por delitos de agresión sexual, abusos y maltrato habitual.